Con 37 grados y sin aire acondicionado.
Ocurrió el miércoles por la tarde en el coche número 1 de la Línea 4: marcaba 37°C. “¿Y el aire?”, preguntó un pasajero. “Y el aire no funciona”, dijo el chofer.
El conductor, según testigos, era el mismo que se bajó del colectivo para ayudar a una pareja de ciegos a cruzar la calle, en enero pasado, frente al Parque Guillermina.
“Desde hace meses pide por favor que le arreglen el aire porque no puede trabajar con el agobio de tener el motor a la par”, señaló el pasajero en las redes sociales.
“Pagamos $ 30 por un viaje en una unidad que no tiene aire acondicionado y dicen que de las 150 unidades con aire en 70 no deben funcionar. ¿Y nuestros derechos como usuario dónde están? Hasta el vidrio roto del espejo retrovisor tiene, en una carrocería modelo 2016”, escribió Benjamín.
fuente: contexto