El Evangelio del dia

El Evangelio del dia

  11 Ene 2022  

Evangelio según San Marcos 1,21b-28.

Jesús entró a Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar.
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar:
“¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios”.
Pero Jesús lo increpó, diciendo: “Cállate y sal de este hombre”.
El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: “¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!”.
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
Palabra del Señor

Comentario

Jesús se encuentra en Cafarnaúm predicando y realizando milagros. Vemos aquí que el mensaje que ha venido a traer se presenta con una fuerza sorprendente, tanto que el Señor se convierte rápidamente en una personalidad famosa, dejando estupefactos a quienes lo ven y oyen.

En esta ocasión, le traen un endemoniado que reconociendo inmediatamente que Jesús es el Santo de Dios, recibe como respuesta unas palabras tajantes del Señor: Calla y sal de él. A lo largo del evangelio de san Marcos volveremos a encontrarnos con que Jesús quiere que se guarde el “secreto” sobre su verdadera identidad (cf. Mc 1, 25.34.44; 3,12; 5,43; 7, 24.36; 8, 26.30; 9,9).

¿Cuál era la intención de Jesús al imponer este silencio? Podemos entenderlo si consideramos que el diablo desde el primer momento intenta desviar a Jesús hacia la lógica humana de obtener el éxito a través de la fuerza y del espectáculo, mientras que el Señor sabe que el sufrimiento y la humillación de la cruz son parte fundamental de su misión.

Jesús no se deja vencer por la tentación del camino fácil. Sabe que si quiere vencer al diablo es preciso no distraerse con las flores del camino e ir directamente al encuentro de las tinieblas del sufrimiento y de la muerte, para mostrarnos que aún en esas circunstancias adversas la luz de Dios continúa presente y no nos abandona.

Hoy día el demonio sigue actuando del mismo modo e intenta por todos los medios distraernos de la vocación a la que el Señor nos ha llamado. Una vez más, Jesús nos enseña que no se debe dialogar con la tentación sino cortar con un decidido ¡cállate! cuando sea necesario.

 

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