La mujer que vive en el partido de Ezeiza fue detenida y le secuestraron plantas y goteros. Su trabajo se basa en producir aceite medicinal y regalarlo a distintas familias con niños que sufren varias patologías. ¿Eso es ser delincuente? Micaela, su hija, cuenta el origen del conflicto con un vecino cobarde y nefasto.
Así funcionan las cosas en el mundo del revés, donde la Policía que tiene que perseguir a los narcos, ataca a las personas que de manera desinteresada trabajan para mejorarle la calidad de vida a muchísimos niños que sufren patologías diversas.
Este lunes, un operativo de policías bonaerenses se metió en la casa de Adriana Funaro, una cultivadora y activista por los derechos de los usuarios de aceite medicinal de cannabis, en la localidad de Ezeiza, según informó Página 12. En el procedimiento le secuestraron plantas, semillas y aceite, además de dejarla detenida en la comisaría 1º de Luis Guillón, a la espera de su declaración, acusada de “cultivo y posesión de estupefacientes”.
El allanamiento sorpresivo llegó después de una denuncia anónima de un vecino: en realidad, el anonimato se rompió de inmediato con la llegada de los uniformados, ya que el vecino -con quien la víctima mantiene un conflicto por una medianera, según contó su hija en la entrevista de FM La Tribu- se presentó a los tiros, se supo a partir de algunos testigos.
“El hombre afirmó tener contactos con el intendente de Ezeiza y con él exministro de seguridad bonaerense Alejandro Granados. La policía no lo detuvo argumentando que ‘no escucharon el disparo'”, contaron desde la revista especializada en cultura canábica, THC.
Adriana padece artrosis y utiliza el aceite que produce como tratamiento medicinal, incluso su militancia a favor del autocultivo tuvo trascendencia por su predisposición a facilitarle, desde hace varios años, el producto a pacientes que lo necesitan de manera imperiosa.
Familias enteras se congregaron en la puerta de su domicilio intentaron oponerse a la detención y exigir que la dejaran en libertad, pero Adriana pasó la noche en una celda de la comisaría. Le secuestraron 36 plantas, semillas y goteros con aceite.
Adriana es apenas una nueva víctima del sistema que no contempla el uso medicinal de la planta, pero por su militancia y compromiso con la salud de muchísimas personas, comienza a transformarse en un caso paradigmático.
fuente:DIARIOREGISTRADO