Fueron los artículos comestibles que mayor aumento mostraron de manera interanual. Las ventas cayeron 10% en el primer trimestre del año, por la falta de materia prima.
A una semana de que la industria lechera haya encontrado un principio de solución, por lo menos en lo formal, tras el acuerdo firmado por el gremio Atilra y las cámaras empresariales junto con el gobierno nacional, los números del sector marcan el complicado panorama por el que se transita. Mientras las ventas de los productos lácteos se desplomaron un 10,9% en el primer trimestre del año, son estos productos los que más elevaron sus precios, dentro de la canasta de productos alimenticios. Siete de los 22 productos que más crecieron en precios interanuales fueron lácteos, y superaron ampliamente la inflación promedio.
Según el relevamiento de precios de la consultora Focus Market (medidos vía la metodología scanntech), la inflación promedio de febrero de 2016 a febrero de 2017 fue del 33%, y en el caso de los lácteos la misma se ubicó en 38,5%. Productos como la leche, la manteca o la crema de leche entraron en el grupo de los productos con variaciones de precios superiores al 40% (interanual), junto con otros como el aceite, vinos finos o el azúcar. Por ejemplo, la leche larga vida descremada de 1 litro pasó de un precio de $ 11,4 en febrero de 2016 a $ 18,3 en febrero de 2017 (un aumento del 60,7%), mientras que la manteca de 100 gramos aumentó un 68,1% (de $ 12 a $ 20,1).
“La falta de leche por las inundaciones y las lluvias generó problemas en la producción, además de los sobrecostos que tiene que pagar la industria como el famoso aporte solidario que tanto se discutió, que se traslada a precios”, explicó Damián Di Pace, director de la consultora Focus Market, quien agregó que el acuerdo al que se arribó en la industria no significa una solución de fondo y que las empresas seguirán complicadas por los costos de producción.
De hecho, según los datos del IPC del Indec, el segmento englobado en productos lácteos y huevos tuvo un aumento del 7,4% en el primer trimestre del año, también superior a la inflación promedio del segmento Alimentos y Bebidas, que fue del 6,5%. La retracción también fue marcada por los números del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) que registró fuertes bajas en las ventas de leche líquida (-10,4% interanual en el primer trimestre del año) y en yogures (-14,9%), que marcó un derrumbe hasta niveles de 2002.
En este sentido, con un aumento de los precios cercano al 40%, se afirmó que los lácteos quedaron como los artículos comestibles con mayor aumento durante 2016, sólo detrás de los aceites.
La situación crítica del sector se evidencia en que según el OCLA durante el año pasado se cerraron 460 tambos, número que duplicó la tasa promedio de cierre de los últimos años. En este contexto, la producción de leche fue la menor de los últimos nueve años, llegando a los 9700 millones de litros, con una reducción interanual del 14,17%, y una de las peores caídas de los últimos 40 años.
En tanto, según el Ministerio de Agroindustria, el consumo de leche tuvo una caída del 9,2%, con 40,1 litros anuales, lo que marcó el nivel más bajo desde 2003. En leche en polvo, la demanda se derrumbó un 45,2% interanual y pasó a 1,6 kilos por habitante, cuando 10 años atrás se consumían 4,43 kilos. Por el lado de los yogures, se marcó récords de caída anual con un 9,4%: se compraron en 2016 menos de 10 kilos por persona, algo que no pasaba desde 2004, mientras que la demanda de quesos bajó al mínimo de los últimos cinco años, con un consumo de 11,92 kilos anuales por persona y una baja del 10% en los blandos, los más populares. Por último, la venta de dulce de leche perforó el piso de 3 kilos por habitante, algo que no se veía desde 2006, de acuerdo con las estadísticas oficiales.
fuente: QUEPASASALTA