El vicegobernador recibió ayer a Mansilla y a Dip; el luleño ya pidió asumir, pero le darán al aguilarense un mes para definir su situación. El referente de Aguilares fue electo en 2015 por la sección Oeste, pero su arribo a la Cámara fue judicializado.
Los peronistas Sergio Mansilla y César Dip se consideran “amigos de la política”. Quizás por eso el vicegobernador Osvaldo Jaldo no se topó con demasiados escollos para reunirlos en su despacho de la Legislatura. Y a pesar del clima de incertidumbre en el equipo oficialista por las posibles repercusiones de la interna postelectoral, el ex intendente de Aguilares y su “compañero” de Lules habrían llegado a un acuerdo respecto de la cobertura de la banca que ambos pretenden.
Según coincidieron fuentes que participaron de la reunión, el Poder Legislativo no procederá a tomarle juramento a Dip esta semana, a pesar del pedido formal que había formulado el viernes pasado el esposo de la diputada Miriam Gallardo (PJ-FPV). El luleño, por lo pronto, seguirá precalentando fuera de la cancha.
En cambio, se le otorgará a Mansilla un “margen de tiempo” de alrededor de un mes para esperar si la Corte Suprema de Justicia de Tucumán (CSJT) dicta una sentencia de fondo respecto de la constitucionalidad o no de su posible asunción como legislador. El aguilarense espera hace dos años para saltar al campo de juego. Y no pierde la esperanza.
“Fue una charla amigable, entre ‘compañeros’”, dijo Mansilla a LA GACETA. Y agregó: “resolvimos darnos un plazo, que no puede exceder de diciembre. La aflicción es que no puede seguir (el bloque) sin un legislador”.
El cuerpo legislativo tiene una de sus 49 bancas vacante desde 2015, cuando Mansilla lideró la lista oficial del FpV-PJ de candidatos a legislador por el Oeste.
El alfarista Walter Berarducci, secretario de Gobierno municipal, planteó entonces que esa postulación iba en contra del artículo de la Carta Magna que establece un máximo de dos elecciones consecutivas. Mansilla había obtenido una banca en 2007 y repitió en 2011, pero no prestó juramento en esa ocasión. Por ello, el referente de Aguilares, identificado con la gestión alperovichista, entiende que está en condiciones de arribar a la actual conformación parlamentaria.
El caso atravesó distintas instancias judiciales y llegó a la CSJT. Ya contaría con dos votos, que serían de René Goane y de Claudia Sbdar, y desde noviembre de 2016 se encontraría a la espera de qué postura adopta el vocal decano, Antonio Estofán.
Tanto en la Casa de Gobierno como en la Legislatura manejan la información de que, por ahora, la asunción de Mansilla no contaría con avales suficientes en la Corte tucumana. Así habría surgido la iniciativa política para completar el plantel de 33 legisladores del equipo oficialista.
Dip hizo una presentación el viernes advirtiendo que la Sección Oeste se veía afectada en su representatividad por el escaño vacante. En principio, el bloque oficialista iba a hacer asumir al luleño esta semana. Pero la reunión entre Jaldo, Dip y Mansilla dilató los plazos.
Desde el entorno del vicegobernador optaron por la cautela, aunque advirtieron que confían “en la vía del diálogo”. “Somos del mismo espacio político”, se escuchó decir a Jaldo tras la charla.
La interna en el oficialismo quedó en evidencia la semana pasada, cuando el vicegobernador impulsó la renovación de la mesa de conducción del Poder Legislativo. Fernando Juri, otrora rival del alperovichismo en el PJ, fue designado presidente subrogante, en lugar de Julio Silman; mientras que Juan Ruiz Olivares llegó a la vicepresidencia 1°, en reemplazo de Guillermo Gassenbauer. Cuando parecía que la cobertura de la banca del Oeste despertaría un nuevo conflicto, los protagonistas pararon la pelota. Al menos, hasta el próximo silbatazo.
fuente: la gaceta