Acompañado por el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro, el presidente Mauricio Macri anunció días atrás como un logro de su gestión la transformación del Plan Progresar en un programa de becas y la actualización de los montos que perciben los alumnos.
Lo que escondía el anuncio era un ajuste sobre el plan que apuntaba a garantizar el acceso de jóvenes a la educación en todos sus niveles.
“Es el plan de becas educativas más importante de Latinoamericano” aseguró exultante Macri al anunciar la transformación del programa en un plan de becas y el aumento de 900 a 1.250 pesos el monto que percibirán los becarios.
Sin embargo un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) advirtió en su informe “El ajuste del Progresar: del Plan Universal a la Beca Individual” que cerca de 362 mil jóvenes dejarán de percibir este año la prestación merced de los cambios introducidos por el gobierno de Macri.
El anuncio de Macri provocará que más de 362 mil jóvenes dejarán de percibir la prestación.
El programa comenzó a implementarse hace cuatros como una ayuda de 600 pesos para los jóvenes de entre 18 y 24 años que retomaran sus estudios –en cualquier nivel, primario o secundario– o que, siempre proviniendo de hogares con ingresos menores a un salario mínimo, cursaran una carrera terciaria, universitaria o se estuvieran capacitando en un oficio.
El CEPA advirtió que desde abril de 2015, cuando el entonces gobierno de Cristina Kirchner dispuso una actualización del 50% en el monto de los planes, el Plan Progresar perdió el 52% de su valor. Es que desde su desembarco en la Casa Rosada en diciembre de 2015 Macri jamás dispuso una actualización del programa.
Por ello el aumento anunciado junto a Finocchiaro, de apenas el 38,9%, sigue manteniendo la prestación por debajo del poder de compra que poseía en 2015.
Durante el macrismo las becas perdieron el 52% de su valor merced de la inflación y la falta de actualización en sus montos. Además el programa dejó de lado su carácter universal para guiarse por una lógica estrictamente meritocrática.
El Plan Progresar había sido planteado originalmente como un beneficio “puente” para familias que cobraban la AUH o tuvieran ingresos bajos (se orientaba a poblaciones vulnerables).
El objetivo era permitir que cuando los hijos continuaran o retomaran los estudios y antes de que se inserten en el mercado laboral, el grupo familiar no dejara de percibir un ingreso como la AUH o el Salario Familiar por el hecho de que el hijo cumpliera los 18 años.
En términos de acceso también dejó de ser universal para pasar a estar limitada por el presupuesto que se le asigne. La renovación dejó de ser automática para tener que tramitarse cada año.
En términos de acceso el plan también dejó de ser universal para pasar a estar limitado por el presupuesto que se le asigne.
En términos de equidad, advirtió el informe del CEPA, las nuevas Becas Progresar son regresivas porque discriminan justamente a los estudiantes de bajos ingresos que son los que más lo necesitan y adolecen además de una mirada de género al no considerar que las alumnas que embarazadas perderán casi con seguridad el beneficio al no poder cumplir los requisitos meritocráticos de aprobación del 75% de las materias.
El nuevo esquema anunciado por Macri apenas cubre 10 cuotas al año mientras que antes se pagaba a lo largo de todo el año y uno de los requisitos que se les exige a los beneficiarios es no tener trabajo.
Y además miles perderán la prestación. Es que para mantener la misma cantidad de becas existentes en la actualidad con los aumentos previstos por el gobierno para las becas es necesario un presupuesto de 17.320 millones de pesos. Sin embargo el gobierno de Macri sólo destinará 10 mil millones generando así un ajuste de 7.320 millones de pesos.
Los cambios introducidos por el macrismo también discriminan a las mujeres ya que no se contempla la situación en caso de embarazo y podrían perder la prestación.
El ajuste se vincula con la eliminación de dos cuotas anuales y la reducción en la cantidad de becas. Esto representa un recorte de 362 mil becas que dejarán de percibir los estudiantes de los sectores más vulnerables.
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El programa comenzó a implementarse hace cuatros como una ayuda de 600 pesos para los jóvenes de entre 18 y 24 años que retomaran sus estudios –en cualquier nivel, primario o secundario– o que, siempre proviniendo de hogares con ingresos menores a un salario mínimo, cursaran una carrera terciaria, universitaria o se estuvieran capacitando en un oficio.
El CEPA advirtió que desde abril de 2015, cuando el entonces gobierno de Cristina Kirchner dispuso una actualización del 50% en el monto de los planes, el Plan Progresar perdió el 52% de su valor. Es que desde su desembarco en la Casa Rosada en diciembre de 2015 Macri jamás dispuso una actualización del programa.
Por ello el aumento anunciado junto a Finocchiaro, de apenas el 38,9%, sigue manteniendo la prestación por debajo del poder de compra que poseía en 2015.
Durante el macrismo las becas perdieron el 52% de su valor merced de la inflación y la falta de actualización en sus montos. Además el programa dejó de lado su carácter universal para guiarse por una lógica estrictamente meritocrática.
El Plan Progresar había sido planteado originalmente como un beneficio “puente” para familias que cobraban la AUH o tuvieran ingresos bajos (se orientaba a poblaciones vulnerables).
El objetivo era permitir que cuando los hijos continuaran o retomaran los estudios y antes de que se inserten en el mercado laboral, el grupo familiar no dejara de percibir un ingreso como la AUH o el Salario Familiar por el hecho de que el hijo cumpliera los 18 años.
En términos de acceso también dejó de ser universal para pasar a estar limitada por el presupuesto que se le asigne. La renovación dejó de ser automática para tener que tramitarse cada año.
En términos de acceso el plan también dejó de ser universal para pasar a estar limitado por el presupuesto que se le asigne.
En términos de equidad, advirtió el informe del CEPA, las nuevas Becas Progresar son regresivas porque discriminan justamente a los estudiantes de bajos ingresos que son los que más lo necesitan y adolecen además de una mirada de género al no considerar que las alumnas que embarazadas perderán casi con seguridad el beneficio al no poder cumplir los requisitos meritocráticos de aprobación del 75% de las materias.
El nuevo esquema anunciado por Macri apenas cubre 10 cuotas al año mientras que antes se pagaba a lo largo de todo el año y uno de los requisitos que se les exige a los beneficiarios es no tener trabajo.
Y además miles perderán la prestación. Es que para mantener la misma cantidad de becas existentes en la actualidad con los aumentos previstos por el gobierno para las becas es necesario un presupuesto de 17.320 millones de pesos. Sin embargo el gobierno de Macri sólo destinará 10 mil millones generando así un ajuste de 7.320 millones de pesos.
Los cambios introducidos por el macrismo también discriminan a las mujeres ya que no se contempla la situación en caso de embarazo y podrían perder la prestación.
El ajuste se vincula con la eliminación de dos cuotas anuales y la reducción en la cantidad de becas. Esto representa un recorte de 362 mil becas que dejarán de percibir los estudiantes de los sectores más vulnerables.
FUENTE: QPASASALTA
Recuerdo la época de gobierno de Alfonsín
La economía tenía complicaciones importantes y no había cabezas que comprendieran y navegaran las vicisitudes de esos tiempos.
Y se pusieron las cosas feas, pero no subestimemos a nuestros abuelos, hicieron esfuerzos y pusieron el hombro.
Cuestiones de egoísmo político jugaron cartas.
Hoy no parece ser igual, más parece incomprensión.
Y falta un hombro, muchos hombros.
No sé si muchas generaciones comprenden que es poner el hombro.
Hoy Cristina no lo puso y muchos otros más de aquí y de allá, y sin diálogo y valores en toda la sociedad ya no sabemos dónde paramos.
Esto se parece a las dudas que siembran en la red del Papa, que por poco le dicen ya no es católico.
Y todo genera incertidumbre y nada provechoso.
Es que hay que generar trabajos y no es fácil. Y quién cierra la puerta de los comedores porque la economía está mal está equivocado porque al revés debiera ser: porque no hay trabajo debieran abrirse más nuevas puertas y comedores.
La necedad gana al hombre más que la estupidez.
Cree que sabe, y nada sabe!!!