Manzur invitó a almorzar a Alperovich y, anoche, compartió un acto con Jaldo, su compañero de fórmula, en medio de chisporroteos. El gobernador y el senador salieron a bajarle el tono a las tensiones internas y evitar confrontaciones. El jefe del PE dijo que debe primar la gestión antes que lo electoral
¿En qué se parecen Juan Manzur, José Alperovich y Osvaldo Jaldo? En que los tres tienen vocación de poder y ganas de sostenerse en él. Uno ocupa la gobernación; el otro se la delegó y el tercero, según señala públicamente, flanquea a su compañero de fórmula. Los tres piensan hacia las elecciones generales de 2019 y afirman, sin embargo, que esos comicios están muy lejos para una Argentina oscilante. Sin embargo, la incomodidad se cuela entre la triada justicialista.
Durante los últimos días hubo una serie de chisporroteos acerca de los posicionamientos políticos preelectorales. La historia de desencuentros y miradas de desconfianza se potenció cuando el secretario de Trabajo, Roberto Palina, exteriorizó sus deseos de que Alperovich vuelva a la titularidad del Poder Ejecutivo. Hace 10 días, el senador había ido a Fotia a un encuentro con los militantes del Partido de los Trabajadores, que conduce Palina.
Las declaraciones del dirigente gremial azucarero llegaron desde distintos puntos cardinales. Desde el Este, le pidieron la renuncia; desde el Oeste, advirtieron que, si no se repite la fórmula gobernante y Alperovich vuelve a incursionar en la pelea por la gobernación, será Jaldo su candidato. Palina, en definitiva, fue citado para primera hora de hoy para hablar con la dupla gobernante en la Casa de Gobierno. Una foto daría por finalizado algo que en la sede del Ejecutivo definen como “una confusión”.
El álbum de fotografías de la familia justicialista incorporó ayer otra postal: la del gobernador y el senador nacional sonrientes. Pero a diferencia de los dos encuentros anteriores, en esta oportunidad el anfitrión fue el propio mandatario. Él llamó a su antecesor a que comparta una comida a la que también asistió el empresario Gustavo Cinosi que, durante la gestión alperovichista, participó del desembarco en Tucumán de la cadena hotelera Sheraton. El mes pasado, Cinosi vino a la provincia en su calidad de asesor de Asuntos Institucionales y responsable del diálogo interreligioso de la OEA.
El encuentro entre Manzur y Alperovich venía siendo postergado por los viajes del gobernador. El senador reveló que recibió la invitación mientras realizaba su tradicional rutina de bicicleta por la zona de San Javier. Manzur lo esperó con menú árabe (cuentan que almorzaron quipes y niños envueltos). A los postres, hubo evaluación.
En el entorno de Alperovich dice que el ex gobernador está en carrera, algo que él mismo niega, pese a que hace mediciones periódicas sobre imagen e intención de votos con el consultor Hugo Haime. Dice que el electorado aún le responde, pero no muestra cuántos son los que ya no lo acompañan.
La diferencia de Alperovich con Jaldo son más que ideológicas. Ambos se miden, compiten por la cercanía con Manzur, pero no se atreven a dar el paso a un diálogo frontal. Jaldo espera. Está convencido de que el mandatario volverá a elegirlo para pelear por la reelección en 2019. En su cabeza aún resuenan las palabras del propio Manzur que ayer, en un encuentro con algunos intendentes y delegados comunales, dijo que no hay dos caminos. También sacó pecho anoche, en León Rougés. Allí el ministro de Gobierno, Regino Amado, luego de ponderar la obra que mejorará ambientalmente la zona, enumeró las acciones de la gestión en medio de un contexto nacional de crisis. Y afirmó: “la fórmula en 2019 tiene que ser y va a ser Manzur y Jaldo, porque lograron conformar un equipo de Gobierno”. Equipo que gana no se toca, había dicho el ministro político durante el verano pasado.
¿Y Manzur? El gobernador calla; habla poco u opina con gestos, como las pintadas en las paredes del interior. Manzur es un político que no piensa a corto plazo. De hecho, las acciones de conectividad de Tucumán con el mundo son de largo plazo, de más de un mandato de gestión.
Como Alperovich, Manzur también es de mirar encuestas de Haime. Una de ellas le revela que la imagen de la gestión es de un 55% positiva. Eso, a su criterio, le garantiza una cualidad que, en el PJ, es sagrada: “conducción”. El mandatario patea hasta marzo cualquier decisión electoral. “Hay que priorizar la gestión; no hay que perder tiempo en candidaturas. Ya llegará el momento”, dice.
El titular del Ejecutivo ya piensa en la entrevista que mañana tendrá, en Buenos Aires, con el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti. También en la misión que, junto con empresarios tucumanos emprenderá este mes a tres destinos estadounidenses: Nueva York; Filadelfia y Washington. Sin embargo, cree que un encuentro entre él, Alperovich y Jaldo es posible y que siempre hay lugar en la mesa. Es cuestión de tiempo.
fuente: los primeros