El gendarme viajaba junto a su esposa e hijo. Es parte de una banda investigada.
En un operativo sorpresa ordenado por la Justicia Federal por escuchas telefónicas que hablaban del movimiento de un cargamento de drogas hacia el sur de la provincia, un gendarme con destino en el Escuadrón 20 de Orán fue detenido en flagrancia sobre la ruta 50, cuando se dirigía en su automóvil y junto a su esposa e hijo (pequeño) hacia la provincia de Chaco, de donde es oriundo.
El efectivo fue identificado por la Policía Federal como Mario Amílcar Valenzuela, de 32 años, y la mujer que lo acompañaba fue identificada como Samantha Y. R., de 30 años. Junto a ellos viajaba un menor de edad.
Fuentes de la investigación deslizaron ayer a El Tribuno que la caída del narcogendarme no fue fortuita sino fruto de una investigación ordenada por el fiscal federal ante las sospechas que caían sobre su persona y su vinculación con una banda narcocriminal que opera aún en la frontera norte.
Esta banda, cuyos principales piezas y resortes están identificados, se dedica a la importación de cocaína, su acopio y posterior transporte y distribución, y para ello preparan al pasador y a los punteros de los mismos, gente conocedora de los movimientos en las rutas que van limpiando el paso del cargamento.
Una fuente de la fuerza federal deslizó momentos después del exitoso operativo que una vez más quedó comprobado el poder de seducción que tienen las bandas de narcotraficantes para conseguir “choferes” para los cargamentos terrestres, ya que desde un tiempo a la fecha muchos de los principales secuestros en las rutas se hicieron sobre vehículos familiares que estaban justamente ocupados por el traficante, su esposa o pareja e hijos menores.
Este sistema hace que a veces los controles sobre estas familias no sean tan rigurosos, pero que a la vez aguzó el trabajo de los semblanteros, aquellos efectivos que detectan cambios emocionales en los conductores cuando están siendo controlados en la ruta.
El operativo
La caída del narcogendarme se produjo en cercanías de la localidad de Hipólito Yrigoyen, en el departamento Orán, cuando un automovilista se identificó como gendarme ante los efectivos de la División Antidrogas de la Policía Federal, Delegación Orán.
Los policías federales realizaban un control sobre la ruta nacional 50 a la altura de la localidad de Hipólito Yrigoyen y, según una versión no confirmada, tenía ya la descripción del posible automóvil que transportaba un cargamento de cocaína.
Cuando detuvieron el vehículo en el cual se trasladaba un gendarme, quien presta servicios en el Escuadrón 20 Orán, notaron que el agente federal que se hallaba junto a su familia se mostró muy nervioso y sorprendido por el control de la Policía Federal, que no acostumbra a ubicarse en ese lugar.
Según informó radio Ciudad Orán y confirmado luego por fuentes de seguridad, al profundizar el control debido sobre todo al comportamiento que tuvo el gendarme para con sus camaradas de azul, los efectivos de la Federal encontraron entre las pertenencias del mismo un total de 37 ladrillos de cocaína.
La droga estaba acondicionada en las mochilas de su hijo y entre las pertenencias de los mayores.
Al ver que en el interior de estos bolsos de viaje había elementos propios del narcotráfico, el gendarme fue reducido de inmediato y encapuchado para preservar hasta tanto se realizaban los test su identidad.
Su esposa y su hijo fueron trasladados hacia la sede de la policía donde fueron contenidos y asistidos, ya que hasta el momento se presume su inocencia, tal lo dijo el detenido (trascendió).
Los ladrillos o paquetes de cocaína luego de los exámenes de rigor dieron un total de 37 kilos con 245 gramos de clorhidrato de cocaína de mediana pureza.
El efectivo se identificó en el control como Mario Amílcar Valenzuela, de profesión gendarme, y viajaba acompañado de una mujer identificada como Samantha Y.R. y un menor de edad, hijo de la pareja.
Se supo que el efectivo caído en desgracia es oriundo de la provincia de Chaco.
Tomaron intervención el Juzgado y la Fiscalía Federal y se espera para la mañana de hoy su declaración indagatoria. No hubo comunicado oficial de la fuerza hasta el momento.
No es el único caso
En enero de 2018 un cabo de Gendarmería Nacional fue interceptado en el ingreso a la ciudad salteña de Profesor Salvador Mazza y quedó detenido tras encontrarse en su vehículo 16 kilos de cocaína. Hugo Ibáñez, que estaba destinado en la vecina provincia de Jujuy, fue atrapado por personal de Drogas Peligrosas de la Policía de Salta que lo venía investigando cuando se trasladaba junto a una mujer y un niño de un año y medio, al igual que el gendarme detenido horas atrás.
El vehículo quedó demorado y fue trasladado hasta el puente internacional donde peritos especializados de drogas descubrieron los ladrillos de cocaína. El cabo, conocido en la ciudad fronteriza como “Coyita”, quedó detenido y a disposición de la Justicia Federal. Fuentes policiales informaron que se trataba de 16 paquetes rectangulares que representan un poco más de 16 kilos de droga. Los profesionales hallaron los paquetes escondidos en los paneles traseros del auto, cerca del paragolpes.
El gendarme venía siendo seguido por el personal de Drogas Peligrosas, quienes se encargaron del operativo. Además, el cabo llevaba una pistola y 15 municiones.
fuente: los primeros