Cada vez más solo, el senador José Alperovich sigue generando imágenes de derrota, en actos con media docena de asistentes, como ocurrió anoche en Aguilares.
La foto es más que elocuente. Casi nadie lo acompaña.
Lo acompañan desde lejitos nomás, su fiel Sarita, su prima Beatriz Mirkin y tres o cuatro vecinos.
La cara del candidato lo dice todo. La ansiedad de otras épocas hoy es depresión.
El derrumbe anímico de Alperovich preocupasin un solo apoyo político, empresarial, social o sindical de envergadura en la provincia.
Desde Buenos Aires, el golpe de gracia se lo propinó durante los últimos días Cristina Kirchner, al inclinarse -como todo el peronismo- hacia la fórmula Juan Manzur-Osvaldo Jaldo.
fuente: contexto