Desde chico, Gastón Kozel supo que quería ser militar. A los 15 años, viajó solo más de 1.200 kilómetros desde su Tucumán natal para ingresar a la Armada Argentina, donde hace 24 años cumple con su sueño de servir a la Patria desde el mar.
Puerto Belgrano – Encargado de la cubierta de vuelo del destructor ARA “Sarandí”, el Suboficial Primero Gastón Kozel es el único marino de especialidad aeronáutico en la embarcación y sonríe al afirmar: “Me gusta ponerme el overol y sentir el ruido de las aeronaves”.
Su vocación por las Fuerzas Armadas lo acompaña desde muy chico y siendo un adolescente dejó atrás el calor de su hogar en San Miguel de Tucumán para seguir el llamado de su vocación. Hoy tiene 39 años y hace un repaso por su carrera naval.
“La Armada me permitió entrar a los 15 años. Cuando llegué a la Escuela de Suboficiales me hicieron poner faena blanca –el típico uniforme de marinero– y me mandaron a estudiar mucho –sonríe–. Al terminar hice dos años más en la Escuela de Aviación Naval en Punta Indio (cerca de la ciudad de La Plata) para la especialidad en aeronáutica”.
Su primer destino fue en Tránsito Aéreo en la Base Aeronaval Comandante Espora (BACE) en Bahía Blanca; al año siguiente fue al Museo de la Aviación Naval y los 9 años que siguieron lo encontraron en la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque, ambos destinos en la BACE de la Armada Argentina.
“La especialidad aeronáutico me gusta porque me gusta la mecánica. Soy mecánico motorista, lo que me permitió subirme a los Super Etendard, ponerlos en marcha, carretearlos, probar los frenos. Como es un monoplaza, era solo yo con el avión”, expresó con admiración.
El siguiente paso en su carrera fue hacer el Curso de Ascenso a Cabo Principal en la Escuela de Suboficiales de la Armada en Puerto Belgrano, destino en el que luego permaneció seis años más como instructor. Y el 2015 lo encontró con un nuevo desafío en su carrera porque el tucumano es el único aeronáutico a bordo del destructor ARA “Sarandí”.
“Mi función es ocuparme de la seguridad cuando se opera en la cubierta de vuelo del buque. Tengo un team de calceros y trinqueros –personal que engancha y asegura el helicóptero cuando anaviza en el buque–, un grupo de lucha contra incendios y un oficial señalero”, introduce el Suboficial Kozel.
“Estoy para ser el nexo entre el buque y la escuadrilla que embarca unidades aeronavales –puede ser un Sea King o un Fennec–. Antes de venir a navegar nos envían una lista de requerimientos y yo tengo que disponer de eso”, agrega.
“A bordo, hago hincapié en la seguridad, porque la cubierta de vuelo es uno de los lugares más complicados para trabajar. El riesgo es permanente, por eso no tenemos que estar distraídos. Antes de operar les doy una charla al personal para que tomen conciencia. Tenemos que estar preparados para lo que sea porque cuando ordenan cubrir cubierta de vuelo no sabemos con qué nos vamos a encontrar, puede ser una aeroevacuación de un herido, un vuelo de reconocimiento o un reaprovisionamiento vertical (VERTREP). Recién cuando llegamos, vemos de qué se trata”, detalla acerca de su función y la del personal a su cargo.
Como balance del 2018 destacó: “Tuvimos mucha actividad con la búsqueda del submarino, cubríamos guardia en la cubierta de vuelo desde las 4.30 hasta las 21.30, que duraba la luz del sol. Todos los días estábamos todos abocados a eso”.
El destructor ARA “Sarandí” fue una de las unidades de la Flota de Mar que participó intensamente desde el comienzo en la búsqueda del ARA “San Juan”. El “Sarandí” es un destructor Clase MEKO 360 perteneciente a la División de Destructores con asiento en la Base Naval Puerto Belgrano, al sur de la provincia de Buenos Aires.
El buque participa activamente en ejercitaciones llamadas Etapas de Mar con el resto de los buques del Comando de la Flota de Mar, el Comando Naval Anfibio y Logístico, la División de Patrullado Marítimo, el Comando de la Fuerza de Submarinos y aviones y helicópteros del Comando de Aviación Naval y es, desde su botadura en 1982, parte de numerosas operaciones navales con unidades de otros países.
Cerca de Barrio Echeverría, siempre
Gastón es hijo único y en el barrio de Echeverría en San Miguel aún se encuentran su mamá, sus primos y sobrinos. También en Tucumán vive su hijo Maximiliano, con su madre.
Ellos esperan tan ansiosos como él las vacaciones de invierno y de verano, tiempo en que puede viajar a visitarlos. “Mi mamá toda la vida tuvo un bar así que cocina muy rico. Su especialidad es el sanguche de milanesa, fiel a los gustos tucumanos”, sonríe.
Durante la escuela primaria y hasta su ingreso a la Armada Argentina, Gastón estudió en el Instituto Argentino Árabe y de allí conserva compañeros con los que sigue aún en contacto.
También continúa unido a sus amigos del barrio Echeverría: “Siempre jugué al fútbol en el equipo del barrio. Cuando voy, todavía me esperan con la camiseta y todo el equipo deportivo para mí. Este año hicimos una bandera con los colores del equipo, su escudo y con la inscripción 44, en honor a los marinos del ARA ‘San Juan’”.
FUENTE: GACETAMARINERA
Gerardo Pereyra es otro tripulante tucumano de esta nave