“No hay agua” fue la corta pero contundente publicación de la vecina Hebe Graciela Courtade que hizo el lunes en el grupo público de San Pedro de Colalao de Facebook. Luego aparecieron nuevos mensajes de otros usuarios que advertían que el suministro estaba cortado desde temprano en diferentes barrios. Pero este problema no fue de un día: según confirmó el comisionado rural, Luis María Andrada, hace unos 20 días el líquido se ha vuelto escaso y hasta nulo en la villa veraniega. Esto sucede -explicó el funcionario- por la deficiencia del sistema proveedor de agua potable, que lo dirige una cooperativa.
“A partir de las 21.30 largan una cantidad mínima de agua y con mucho barro. Al tener tan poca presión no sube a los tanques. Por lo que gastamos bastante en comprar agua potable: el bidón de seis litros está costando $ 70, y se usan más o menos tres bidones por día, además de que pagamos $ 182 pesos mensuales por el servicio de la cooperativa”, cuenta Courtade, que tuvo que regresar a San Miguel de Tucumán por ese “disgusto”. Su casa está en plena zona comercial.
Gerardo Marín, que alquiló una propiedad en el barrio Los Teros por 15 días, no se quedó con las manos cruzadas: camina junto con su familia unas dos cuadras hasta el río Tacanas y trae agua todos los días en baldes o bidones. También puso unas chapas en forma de embudo en su tanque de agua para tratar de captar el agua de lluvia. Poco resultado le dio porque no ha llovido mucho los últimos días allá. Ahora decidió pagar a un hombre para que con su camión cisterna le llene el tanque y la pileta. Le costará $ 1.500. No para de renegar, cuando deberían ser unas vacaciones tranquilas en familia.
“Llegamos el viernes a la mañana y ya no había agua desde la calle. Sólo teníamos en uno de los tanques y se terminó el mismo viernes a la noche. Entonces juntamos agua de río para limpiar y lavar como lo hacen muchas familias en San Pedro. Para beber compramos bidones que conseguimos a $ 80 y hasta a $ 120. Lo llamamos al dueño de la casa así nos devolviera el dinero, pero nos respondió que no está en condiciones de hacerlo y que el agua ya volverá”, añade Martín.
San Pedro de Colalao es muy lindo, resalta Graciela Conti, otra veraneante preocupada por la situación del agua. Pero luego agrega que los cortes de agua les dificulta la vida a todos, y hasta ha tenido un impacto negativo en el turismo. “Nos dan agua, pero sale oscura. No sirve ni para tomar ni para cocinar. Tenemos que comprar bidones. Por ello necesitamos una urgente solución. Durante todo enero estuvo muy complicado. De hecho no tuvimos muchos turistas, porque el agua es esencial”, agrega Conti.
Andrada sostiene que la Cooperativa Agua Potable San Pedro de Colalao es la responsable de todos los problemas que presenta el suministro de agua potable. Y señala que el responsable de dicha asociación (“se trata de un cargo ad honorem”) está de licencia por 90 días y que no responde a sus reclamos.
Los piletones que proveen agua a la villa veraniega, explica el comisionado, tienen unos 20 años y están ubicados a cinco kilómetros de San Pedro, en el camino a Hualinchay, y se proveen con el agua de los ríos Tacanas y Ceivalito. “Esos ríos crecen en esta época y el Ceivalito trae agua arcillada, por lo que termina taponando las cañerías. Además, hay unos 18 loteos nuevos, muchos de ellos irregulares. Todo eso agravó el problema del agua y Sepapys (Servicio Provincial de Agua Potable y Saneamiento) debería controlar eso. Nosotros hemos comprado bombas y hemos distribuido agua potable entre los vecinos más humildes, pero necesitamos la ayuda urgente de la Provincia para que intervenga la cooperativa con un experto que sepa sobre la distribución de agua y que plantee un proyecto a futuro”, destacó Andrada.
Las preocupaciones no se terminan ahí, sugiere el funcionario: en febrero se hará como todos los años la novena de la Virgen de Lourdes, en la que se espera recibir unos 40.000 fieles. “¿Qué vamos a hacer si no podemos proveerles de algo tan esencial como el agua”, se preguntó Andrada.
fuente:lagaceta