Jeff Bezos, el dueño de Amazon y el Washington Post, denunció una extorsión por parte del tabloide sensacionalista National Enquirer. Se sospecha que detrás del escándalo están el presidente Donald Trump y su reelección
Una pelea entre titanes con un amigo extorsionador en el medio. Jeff Bezos, el creador de Amazon y dueño del Washington Post (WP), se enfrenta a David Pecker, el editor de la revista sensacionalista The National Enquirer y el “enterrador” de varias historias comprometedoras para el presidente Donald Trump. Pecker publicó en los últimos meses una serie de notas sobre el divorcio y la nueva pareja de Bezos y muchos en Estados Unidos creen que en realidad se trata de una revancha de su amigo Trump por las numerosas notas que viene haciendo el WP sobre las más de 5.000 mentiras que el magnate lanzó desde que llegó a la Casa Blanca y su posible reelección.
El escándalo estalló cuando el último jueves, Bezos publicó un comunicado en el que acusa a Pecker de intentar extorsionarlo con la publicación de mensajes privados que había intercambiado con su amante. Bezos, el hombre más rico del mundo con una fortuna de 130.000 millones de dólares, hizo esta acusación en un largo mensaje online en el que revela mensajes enviados por abogados y editores de American Media, la empresa propiedad de Pecker. “Antes que capitular ante la extorsión y el chantaje, decidí publicar exactamente lo que me enviaron, a pesar de la amenaza que supone en costo personal y la vergüenza ante algunas situaciones descriptas”, escribió.
Según New York Post, Bezos, de 55 años, decidió pedir el divorcio a su esposa, MacKenzie Bezos, apenas supo que el Enquirer publicaría fotos junto a Lauren Sanchez, periodista y piloto de helicópteros cinco años más joven que él, y una serie de mails que incluyen menajes de sexo explícito. Sánchez fue presentadora del Canal 11 de Los Ángeles y aún está casada con su segundo marido, Patrick Whitesell, representante de actores como Matt Damon, Christian Bale, Kevin Costner y Hugh Jackman. Bezos y Sanchez fueron vistos juntos en la fiesta organizada por Amazon tras la gala de los Globos de Oro.
Los que tenían la información y las fotos eran los periodistas del Enquirer y un grupo de abogados que trabajan para el editor Pecker y pidieron a Bezos el pago de cientos de miles de dólares para detener la publicación. Esa estrategia es la que siempre utilizó Pecker y que le sirvió también para salvar varias veces a Trump de sus escándalos. Los dos son amigos desde hace décadas. De acuerdo con la investigación federal sobre la financiación irregular de la campaña presidencial en 2016, Pecker ayudó al entonces candidato comprando y archivando varias notas comprometedoras. La publicación adquirió en exclusiva la historia de Karen McDougall, una modelo de Playboy que tuvo un affaire con Trump, que nunca publicó. La táctica es conocida en el ambiente periodístico de Washington como “catch and kill”, cazar y matar la primicia a cambio de un favor o una gran suma de dinero. La modelo cobró 150.000 dólares para contar su relación con el magnate y el escándalo no salió a la luz hasta que ella presentó la denuncia en los tribunales.
Otra de las historias que el Enquirer guardó en la caja fuerte fue la de la actriz porno Stormy Daniels. Todas estas operaciones eran coordinadas por Pecker y el abogado personal de Trump, Michael Cohen, quien está siendo enjuiciado por mentir sobre estos temas a un comité del Congreso estadounidense. Al verse involucrado en la investigación, Pecker decidió colaborar con la Fiscalía a cambio de inmunidad.
Bezos dice en su declaración que toda esta controversia tiene motivos políticos. “Es inevitable que ciertas personas poderosas que son objeto de cobertura del Washington Post concluyan de manera equivocada que soy el enemigo. El Presidente es una de esas personas, como es obvio por sus muchos tuits”. Trump tuitea con regularidad contra el Post y su dueño.
Sobre todo, se muestra muy molesto cuando el diario publica un conteo regular de las mentiras o las “declaraciones falsas” que él emite. “En los siete primeros meses de 2018, Trump fue impreciso o mentiroso en 2.140 ocasiones, casi la misma cifra que en todo su primer año de mandato, acumulando un total de 4.229 incorrecciones. Y el contador suma y sigue, cada vez a un ritmo más acelerado”, publicó el WP. En estos momentos, las mentiras del ocupante de la Casa Blanca ya superan las 5.000, a un promedio de siete por día.
Otro tema ríspido que enfrenta al hombre más rico con el más poderoso del mundo es la relación con Arabia Saudita y el asesinato de un reportero colaborador del WP. En su comunicado, Bezos dice que es “especialmente impopular en ciertos círculos” la investigación que el periódico realizó sobre la muerte de Jamal Khashoggi, el periodista crítico con el régimen de Riad que fue asesinado y descuartizado en la embajada saudí en Turquía supuestamente por orden directa del príncipe heredero Mohammed bin Salman.
En este contexto, Bezos aporta en su comunicado dos enlaces de noticias. Una, del New York Times, en la que se asegura que Pecker tiene intereses de negocios en Arabia Saudita e invitó a un importante funcionario de ese país a una cena con Trump en la Casa Blanca. Y otra, de la agencia Associated Press, sobre una revista publicada por American Media, la empresa de Pecker, que apareció en los quioscos de Washington el año pasado y que no era más que una operación de relaciones públicas en favor del príncipe Bin Salman.
Bezos encargó la investigación sobre la extorsión a Gavin de Becker, un consultor legal y de seguridad que trabaja habitualmente para él y para Amazon. De Becker habría llegado a la conclusión de que las fotos y los mensajes comprometedores fueron entregados al Enquirer por Michael Sanchez, el hermano de Lauren Sanchez, la reportera novia de Bezos. Michael Sanchez es un agente artístico de Hollywood relacionado con personajes del mundillo trumpiano, como Roger Stone o Carter Page. Su cuenta de Twitter está llena de mensajes atacando a los medios por dar “noticias falsas” sobre Trump. Apenas se supo esto, Pecker mandó a sus operadores a volver a extorsionar a Bezos diciéndole que si no dejaba de hurgar en la vida de Michael Sanchez publicaría muchas más fotografías comprometedoras. El creador de Amazon aporta en su comunicado un correo electrónico enviado por Pecker, con fecha del 5 de febrero, en el que le detallan todas las fotos de contenido sexual que tienen. “Si en mi posición no me puedo plantar ante este tipo de extorsión, ¿quién puede?”, escribe Bezos. “Por supuesto que no quiero que se publiquen fotos personales, pero tampoco voy a participar en su conocida práctica de chantaje, favores políticos y corrupción. Prefiero alzarme, levantar este tronco y ver qué sale de debajo”.
“Lamento escuchar las noticias de que Jeff Bozo [estúpido, en inglés coloquial] fue derribado por un competidor cuyo reporte, según tengo entendido, es mucho más preciso que el de su diario lobbysta, el Amazon Washington Post. ¡Espero que el periódico pronto esté en mejores manos y más responsables!”, fue el tweet que lanzó Trump en una de sus noches de insomnio poco después de conocerse los detalles del escándalo. Un mensaje que evidenció la mala sangre existente entre Bezos y Trump. Una rivalidad que viene de lejos y es tanto política como empresarial. Se trata, en el fondo, de una lucha en la que está en juego la reelección de Trump. Una pelea entre los que buscan que se quede otros cuatro años en la Casa Blanca y los que ya no soportan tantas mentiras y falsedades y buscan que el Congreso inicie un proceso de impeachment que impida esa reelección.
fuente:infobae