Una familia atrapó a un arrebatador que le había robado el celular a su hijo adolescente, utilizando el GPS para perseguir al ladrón. Un policía, finalmente, lo detuvo.
“Él se había ido a comer con unos amigos y estaban esperando a un amiguito ahí en la Marcos Paz al 300, a la vuelta de casa”, explicó M.C.P, abogada y madre de F., de 14 años. “A las 22 llegó este hombre (un joven de 22 años) y le dijo que le diera el celular. Él no le quería dar, y el hombre le dijo que, si no le daba, iba a ‘sacar el fierro’. F. me dijo que no tenía idea lo que era un fierro, que no quería que le peguen con un palo, así que se lo dio”, aclaró. “Fue ahí que me llamó y me contó”.
La madre sabía que el celular era rastreable vía GPS, por lo que asume que el ladrón “era inexperto”. “Lo llamé para decirle que me lo devuelva, que le daba esa última oportunidad y que lo podía encontrar, pero él no contestaba”.
La abogada y su marido fueron hasta la Brigada de Investigaciones para ratificar la denuncia. Sin embargo, ante la demora del trámite, “tomé cartas en el asunto y lo fuimos a buscar en el auto al tipo este, porque sabía dónde estaba. Cuando mi hijo lo reconoció, lo empezamos a seguir hasta el cruce de Sáenz Peña con Lavalle. Ahí estaba un policía, Matías Soria, que se portó excelente con nosotros”, continuó. El agente, que trabaja en la Guardia Urbana, retuvo al sospechoso, identificado como Carlos Rubén Álvarez, de 22 años, hasta que llegasen refuerzos.
“El tipo dijo que no tenía nada. Como nosotros teníamos activado un modo que lo hace sonar al teléfono cuando está perdido, por más que estuviera en silencio, lo llamamos y le empezó a sonar en el bolsillo”, dijo la madre, entre risas. “Ahí se lo sacamos”.
Soria fue aprehendido y la mujer permitió que el celular fuera llevado como evidencia para la causa. “Yo quería que se hiciera justicia. Estoy harta de que ataquen a gente como mi hijo, que es chiquito, y que las mujeres y las señoras mayores sufran a estos sinvergüenzas”. Aparentemente, el ladrón no poseía ningún arma de fuego cuando se lo aprehendió.
La madre del menor lamentó que los trámites de las denuncias ralenticen las tareas policiales, pero aclaró que “el policía que nos vio fue un amor, y en la comisaría segunda nos atendieron excelente también; saben que uno viene angustiado”. Pero “todo es muy burocrático. No pueden someterte a tanta espera cuando tenés identificado al tipo in fraganti prácticamente. Por desgracia, tienen que esperar a la instrucción de la Fiscalía que interviene”, sentenció.