Uñac y Bordet lideran la postura de los jefes territoriales, que exigen lugares en el gabinete. Rovira, Nielsen y el kirchnerismo pelean por Energía.
Mientras se define si Sergio Massa participará finalmente del armado electoral del peronismo, los gobernadores ya están negociando los lugares ministeriales de un eventual gobierno de Alberto Fernández.
Este fin de semana, una comitiva albertista viajó a Posadas, donde tuvieron una importante reunión con el cacique misionero Carlos Rovira y representantes del bloque de mandatarios provinciales que conducen Sergio Uñac y Gustavo Bordet.
Allí, se le ofreció el ministerio de Energía al ex gobernador del Frente Renovador de la Concordia, quien quedó en responder en los próximos días. La jugada de Alberto apunta no solamente ganarse el apoyo de una de las pocas provincias opositoras a Macri que todavía no decidió a quien respaldará en octubre, sino en demostrarles a los líderes provinciales que tendrán un lugar protagónico en su presidencia.
La propuesta no es menor. Tras el boom de Vaca Muerta, pasó a ser uno de los lugares más codiciados y seguramente generará tensiones dentro del espacio. Desde el kirchnerismo más puro postulan al director del Oetec, Federico Bernal para ese rol, mientras que Guillermo Nielsen quiere poner a un hombre de su confianza, argumentando que es necesario alguien pro mercado para no ahuyentar a las petroleras.
Sin embargo, los gobernadores no se conformarían solamente con eso. “Queremos la Anses y el Ministerio del Interior y Obras Públicas”, respondieron ante el ofrecimiento de los operadores del candidato justicialista, que ni siquiera tocaron el tema de las listas sabiendo que no tienen mucho margen de negociación. “Eso ya está descontado, lo deciden ellos”, informaron a este medio fuentes allegadas a las tratativas.
La tesis de los jefes territoriales es que “la tercera vía” debe reflejarse en el momento de la gestión al interior del espacio, armando un gabinete más equilibrado en el marco de una coalición muy amplia.
A su vez, consideran que “la falta de federalismo de la fórmula Fernández-Fernández” tiene que compensarse con lugares estratégicos para las provincias, que están luchando por esta postura como un bloque unificado. “Hay que correr la capital al interior en términos políticos”, indican. Una idea que Alberto no ve con malos ojos, ya que le permitiría recostarse en el poder de los gobernadores y no quedar tan expuesto a las presiones de “La Cámpora” y el núcleo duro de Cristina.
FUENTE: LAPOLITICA ONLINE