Una unidad de intervenciones especiales fue la primera en rebelarse en Cochabamba, una ciudad del centro del país que en los últimos días sufrió especialmente la ola de violencia desencadenada tras las elecciones, con un muerto y cerca de cien heridos
La sublevación de la Policía en gran parte de Bolivia desató este viernes la peor crisis en los más de trece años de Evo Morales en el poder, dejando al mandatario cada vez más acorralado frente a los intentos para que renuncie.
Los policías amotinados de Cochabamba, lugar donde comenzó el repliegue, hicieron conocer la noche de este viernes sus demandas, entre las que están la nivelación de sus salarios y jubilaciones al mismo rango de los efectivos de las Fuerzas Armadas (FFAA) y que se garantice su independencia política para no ser instrumento de ningún Gobierno.
“Hagan aprobar esa resolución aprobada en Santa Cruz, en su Cabildo, donde nos otorgan la nivelación al 100 % del salario con relación a las Fuerzas Armadas, porque nosotros somos una institución que siempre ha estado al lado del pueblo”, afirmó un uniformado encapuchado con un altavoz en mano, que leyó las determinaciones alcanzadas con sus camaradas, según consignó El Deber.
Y agregó: “Determinamos el desconocimiento y destitución inmediata del comandante general y de todo su estado mayor, el cambio del coronel Alexander Rojas, comandante de Sacaba, del director de Tránsito, por ser los superiores que han negado nuestra dignidad institucional, al ponerse al servicio de un partido de Gobierno. Somos independientes, no políticos, nos debemos al pueblo”.
Una unidad de intervenciones especiales fue la primera a media tarde del viernes en amotinarse en Cochabamba, una ciudad del centro del país que en los últimos días sufrió especialmente la ola de violencia desencadenada tras las elecciones, con un muerto y cerca de cien heridos. La siguieron Sucre, la capital constitucional del país, Santa Cruz, la mayor ciudad boliviana, y la mayoría de las regiones, desde la zona andina a la amazónica.
En La Paz, sede del Gobierno y donde está el mando de la Policía Boliviana, no hubo carteles en las comisarías con la palabra “motín” como en otras partes del país, pero grupos de policías marcharon por las calles hacia sus cuarteles rodeados de manifestantes que les jaleaban.
Miles de bolivianos a lo largo del país se concentraron frente a comisarías policiales y cuarteles militares. Al grito de “policía, amigo, el pueblo está contigo”, se pusieron al lado de los amotinados e invitaron sin éxito a los militares a unirse también.
fuente: infobae