Todo, a priori, es negociación. Alberto Fernández piensa sus primeras medidas de gobierno orientadas a reactivar el consumo, como acuerdos consensuados producto de la negociación.
No quiere, dicen a su lado, disposiciones excepcionales ni leyes de Emergencia que hagan parecer esas decisiones como impuestas. Fernández, que este martes asume, cree que puede lograrlo en una mesa de negociación.
Ocurre, por caso, con las tarifas. La idea de una Emergencia Económica para congelarlas por un plazo de hasta seis meses no aparece, por el momento, como una decisión que requiere de una ley.
“Se puede negociar o sino se puede hacer por resolución”, explican desde el albertismo y se permiten, además, especular con que las resoluciones firmadas por Gustavo Lopetegui que “congelaron” temporalmente las tarifas pueden interpretarse como “congelamiento” a largo plazo.
Aunque en electricidad y gas se trató de “congelamientos por algunos meses”, desde el equipo del presidente adelantan que ninguna empresa va a tomar “la decisión de subir tarifas sin una consulta con el gobierno”.
Matías Kulfas?, que quedó a cargo del mega Ministerio de Desarrollo Productivo, será el encargado de monitorear esas negociaciones. El sábado, Fernández confirmó a Sergio Lanziani, actual ministro de Energía de Misiones, como su secretario de Energía.
Este será responsable, bajo el paraguas de Kulfas, de atender el frente energético y avanzar en la negociación con las empresas.
En paralelo, mientras define una agenda de anuncios vinculados con el empleo y una serie de “bonos” de fin de año para jubilados y beneficiarios de planes sociales, el equipo de Fernández se enfoca en otra negociación acelerada para relanzar el plan de Precios Cuidados.
En el albertismo incluyen Precios Cuidados en el paquete de medidas que quieren anunciar antes de fin de año para ayudar a “que mejore la capacidad de compra de los sectores más vulnerables”.
Aunque ya hubo contactos con empresas alimenticias, el equipo de Fernández quiere apurar la discusión para poder lanzar, apenas asuma, algún paquete de medidas como señal de que el gobierno se enfocará en la cuestión de los precios.
Si bien se maneja el plan de un aumento en el salario mínimo, en jubilaciones y en planes sociales, también apuesta a dar una señal sobre previsibilidad en los precios de productos esenciales.
En paralelo, los equipos de Kulfas, Martín Guzmán y Cecilia Todesca -vicejefa de Gabinete- esperan acelerar el martes el toque final del proyecto de Presupuesto a partir de acceder a números y planillas que, dicen, todavía les faltan para la redacción final.
“Habrá ajustes hasta último minuto porque con los saltos de la inflación hay que mirar todo en detalle”, explicó un futuro funcionario a Clarín.
En el mismo paquete, con la Emergencia Alimentaria votada ese año, Fernández mandó a analizar qué márgenes tiene para disponer medidas de emergencia al respecto cuando, además, existe un dispositivo en zonas marginales para fin de año que en caso de faltantes pueden convertirse en zonas críticas.
En sus primeras horas como presidente, Fernández quiere apurar una serie de medidas de “shock” que sirvan como perfil concreto de su plan de gobierno.
Luego, más para enero, vendrán las medidas ligadas al Plan Contra el Hambre y que irán atadas, aunque por cuerdas separadas, con el calendario de anuncios vinculados a empleo que se harán desde el Ministerio de Desarrollo Social que encabezará Daniel Arroyo.
Fernández pidió que, además de la cuestión del lucha contra el hambre, las políticas sociales se orienten a acelerar la transformación de los programas en puestos de empleo. Es una vieja consigna, repetida por todos los gobiernos.
En lo político, el presidente electo quiere dar señales políticas apenas asuma así que tiene previsto acompañar la asunción de dos gobernadores nuevos, Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, y Omar Perotti, en Santa Fe.
fuente: contexto