Fue la primera actividad como vicepresidenta y le marcó la cancha de política exterior a Alberto, mientras recibía delegaciones extranjeras. La delegación de Estados Unidos protestó por la visita de Correa y de un delegado de Maduro.
Cristina Kirchner se hizo notar minutos después de jurar como vicepresidenta cuando recibió en su despacho a los representantes de China y Rusia, los socios que la acompañaron durante su última gestión presidencial.
Fue su primera actividad como vicepresidenta, le marcó la cancha de política exterior a Alberto mientras recibía delegaciones extranjeras y minutos después se supo que el enviado de Estados Unidos abandonaba el país molesto por la presencia del ex presidente de Ecuador Rafael Correa y un enviado de Nicolás Maduro.
Donald Trump no ocultó su presión a Mauricio Macri para que rompiera relaciones con China y uno de los principales focos de conflicto es la base espacial que tiene en Neuquén, abierta en 2015 por gestión de Cristina y sostenida por su sucesor.
Con Rusia la relación de Macri empezó tensa por su pretensión de una baja en las tasas de interés de un préstamo para la represa de Chihuido, en Neuquén, pero se fue retomando con los años.
Para dejar claro que nada cambió, Cristina agasajó al vicepresidente del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, Arken Imirbaki, junto al embajador de China en Argentina, Zou Xiaoli; y a Lan Hu, Subdirector General de América Latina y el Caribe de la Cancillería.
Y a los pocos minutos recibió al presidente del Comité de los Asuntos Internacionales del Consejo Federal de la Asamblea Federal de la Federación de Rusia, Konstantin Kosachev. Lo acompañaron el Embajador local Dmitry Feoktistov y Oleg Khodyrev; y el vicejefe de la oficina del Comité de los Asuntos Internacionales del Consejo Federal.
Las fotos de los encuentros se hicieron sentir en el ámbito diplomático local, porque hubo pocos presidentes invitados y algunos ex jefes de Estado como el ecuatoriano Rafael Correa.
De hecho, casi al mismo momento Mauricio Claver-Carone, jefe de la delegación de Estados Unidos, informó que no había asistido a la ceremonia de traspaso en el Congreso ni a la Casa Rosada molesto por la presencia de Correa y de Jorge Fernández, ministro de Comunicación de Venezuela.
Sí asistió al Congreso el secretario de Salud, Alexis Azar, pero también retornaba el martes a la tarde y sólo permanecía en el país el embajador del Hemisferio Occidental, Michael Kozak, quien este miércoles almorzará con Alberto.
“Desafortunadamente, debido a unas invitaciones y a algunas sorpresas que recibimos al llegar, decidí no ir y me voy temprano. No vamos a tener las varias reuniones de trabajo que tenemos programadas para mañana”, le dijo al diario Clarín, en una entrevista en la que no descartó que las relaciones bilaterales de Fernández pueden complicar un negociación con el FMI, donde Estados Unidos tiene poder de veto.
“Es lo último que queremos, nuevamente el presidente se comprometió a ayudar, es lo que a mí me pidieron cumplir, poder ayudar. Quisiera tener y sigo con las mejores intenciones, pero obviamente no bajo estas condiciones. Y entre amigos, creo que es muy importante que no haya sorpresas. Y creo que estas sorpresas son desagradables”.
“Así que me parece que ellos van a tener que priorizar sobre qué les interesa. Si es obviamente que Argentina pueda seguir adelante para el crecimiento económico, para lo que necesita para su prosperidad, o seguir relaciones con todos estos personajes que francamente no les trae nada positivo ni constructivo. Al revés, les trae cosas negativas y destructivas a la Argentina y al hemisferio occidental entero”, respondió Claver-Carone.
fuente: lapoliticaonline