“No duele tanto el robo, sino la ofensa a nuestra Madre”, se apuró en aclarar Rafael Navarro, párroco de Tafí del Valle. Con esas palabras describió el ataque que sufrió la iglesia el viernes. Desconocidos ingresaron y extrajeron de la Virgen del Valle un prendedor y dijes de oro y un rosario que tenía elementos de plata.
Navarro relató que las joyas robadas tienen un valor muy importante. “Fueron donadas por la Arquidiócesis de Catamarca y trasladadas en una peregrinación a caballo desde su santuario. Representan la unidad de los pueblos vallistos y en el crucifijo está guardada una oración a su nombre. Por eso la noticia de que desconocidos se las habían llevado fue mucho más ingrata”, destacó.
La parroquia dedicada a Nuestra Señora del Carmen, según la información de Turismo, fue levantada por Estratón Colombres, un presbítero que vivió entre 1819 y 1901. Se la habilitó en 1895, pero con el correr de los años fue remodelada. Los cambios más significativos se produjeron en 1970.
“Obviamente tendremos que tomar algún tipo de seguridad. Se sacaron las cámaras que estaban instaladas y ahora tendremos que analizar si es conveniente volver a ponerlas para vigilar qué es lo que pasa”, afirmó Navarro, que comunicó que en la misa de este domingo a las 20 se hará una oración por la recuperación de las joyas.
“Si se animan a robar en una iglesia, qué podemos esperar. Estamos preocupados, hay policías en la calle, pero como corresponde, la mayoría está en la zona céntrica cuidando los comercios y a los vecinos. El problema son las zonas más alejadas”, comentó María Fernanda Tolaba, residente de Tafí.
Su prima, Graciela Tolaba, agregó: “cómo se van a meter con la virgencita. Hay que ser realmente un diablo para cometer un delito de esas características. Realmente estamos muy mal como sociedad. Ya se han superado todos los límites”.
“Tenemos que ayudar a la Policía a encontrar lo que es de nuestra Madre protectora. Pedimos a todos los tucumanos que denuncien cuando descubran que alguien quiera vender esas joyas. Se llevaron esos elementos porque alguien quiere obtener dinero fácil”, indicó Jorge Rodríguez, comerciante.
Las primas Tolaba reconocieron que es muy difícil identificar a las personas que pudieron haber cometido ese delito. “Hay muchísima gente que visita el templo porque es uno de los atractivos que tiene la ciudad. Me parece que se debería investigar a los últimos contingentes que estuvieron en el lugar”, comentó.
fuente: contexto