Con más de 200 discos grabados y una decena de películas, Sandro fue el más popular de los cantantes argentinos en el continente. Fue uno de los máximos íconos de la canción popular y uno de los hombres más deseados. Una década pasó de su fallecimiento pero su presencia sigue intacta a través de sus canciones, verdaderos himnos románticos que aún hacen estremecer a varias generaciones.
El 4 de enero de 2010, después de pelear contra una enfermedad pulmonar, Roberto Sánchez -tal su verdadero nombre- moría en un sanatorio de Mendoza.
Roberto Sánchez comenzó su carrera como cantante de rock con la banda ‘Los de Fuego’, pero el éxito le llegó en la década de 1960, cuando se inclinó definitivamente por las baladas románticas.
Durante su adolescencia, Sandro se interesó por la música, aprendió a tocar la guitarra y participó en varios conjuntos de música pop, como Los Caribes o Los caniches de Oklahoma, con éxito desigual, hasta que llegó a ‘Los de Fuego’, el grupo con el que alcanzó la popularidad.
Con esta banda llegó a la pantalla chica y el éxito fue tal que el grupo pasó a ser conocido como ‘Sandro y Los de Fuego’.
En la década de los 60 transitó su carrera solista que lo llevó a ganar el Primer Festival de Buenos Aires de la Canción con el tema ‘Quiero llenarme de ti’ (1967) y a saltar a la pantalla grande con su primera película, también llamada de igual forma (1969), a la que seguirían ‘La vida continúa’ y ‘Gitano’, entre otras.
A comienzos de la década de 1970 actuó en el Madison Square Garden y todo parecía indicar que comenzaba su carrera internacional. Pero eso no sucedió. Según contó, se negó a firmar un contrato por 10 años con condiciones que le parecían excesivas y dijo ser «muy rebelde» para eso.
Con éxitos como “Rosa Rosa”, “Dame el fuego de tu amor”, “Tengo”, “Quiero llenarme de tí”, “Porque yo te amo”, “Penumbras”, “Trigal” y “Una muchacha y una guitarra”, entre tantas otras, Roberto Sánchez, sobresalió como autor entre los artistas de su género y como intérprete, con su perfecta mezcla de sensualidad y sencillez, alimentada con su imagen de “muchacho de barrio”.
En el plano musical, supo asociarse con letristas como Oscar Anderle y arregladores como Jorge López Ruiz y Oscar Cardozo Ocampo, entre otros, quienes le dieron un toque distintivo a sus baladas románticas.
Más allá de su popularidad y del cariño que le manifestaron a lo largo de su historia sus fieles seguidoras, a las que se las conoce como “Las nenas”, Sandro mantuvo en estricta reserva todos los acontecimientos de su vida privada.
Incluso, recién luego de su matrimonio legal en 2007, tuvo más exposición pública su única esposa Olga Garaventa, con la que mantuvo una relación de muchos años.
Los últimos años de Sandro estuvieron marcados por sus problemas de salud, los que de a poco lo fueron alejando de los escenarios. Padecía Epoc (Enfermedad pulmonar obstructiva crónica), producto de décadas de fumador compulsivo. Y también por su decisión de recluirse tras los muros de su casa de Baneld, aunque nunca olvidó salir a la puerta a saludar a “las nenas” los días de su cumpleaños.
El doble trasplante al que fue sometido resultó exitoso en un principio sin embargo una infección posterior complicó su estado general y, hacia fines de 2009, el desenlace comenzó a parecer inevitable. El 4 de enero de 2010 falleció Roberto Sánchez. Sandro nunca morirá.
fuente: misionesonline