El jefe del Estado ha renunciado a la herencia personal que le dejó su padre tras una serie de revelaciones periodísticas relacionadas con una investigación por blanqueo en Suiza
contra la corrupción por ser uno de los arquitectos habituales de estructuras offshore en paraísos fiscales.
Estas informaciones forman parte de una guerra soterrada ya imposible de controlar entre el exjefe del Estado y la empresaria germanodanesa Corinna zu Zayn-Wittgenstein. La investigación a cargo de la Fiscalía suiza por blanqueo, un juicio contra el comisario Villarejo y las presuntas amenazas del CNI a la examiga del rey amenazan con agravar las sospechas que rodean al monarca.
Botswana, ocho años después
“Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir”. Con estas inusuales palabras, Juan Carlos I trató de aplacar hace ocho años la polémica por su viaje a una lujosa cacería en Botswana en plena época de recortes y crisis económica en España. Trascendió porque sufrió un grave accidente que obligó a operarle de urgencia una rotura de cadera. Pero aquel incidente también sirvió para conocer su vínculo con Corinna zu Zayn-Wittgenstein, una aristócrata residente en Londres. Ella se definiría luego como “una amiga entrañable”.
En realidad, aquello era solo el preludio de un enfrentamiento que se ha agravado en los últimos días, en la prensa y en los tribunales. Aquel terremoto inicial que aceleró la abdicación del rey había vivido réplicas, pero ninguna había tenido efectos tan reales como hasta ahora. El pasado 15 de febrero, el periódico británico The Telegraph encendía de nuevo la mecha con una información bajo el título El exrey de España enfrenta preguntas sobre el acuerdo de su primo con Barclays Bank. Según decía, el primo del monarca, Álvaro de Orleans, cobró 44,5 millones de euros de una comisión tras la venta del Banco Zaragozano al británico Barclays Bank.
El testaferro en Suiza, según Corinna
Para entender la trascendencia de esta información es preciso remontarse brevemente al verano de 2018 cuando El Español desveló una conversación entre Corinna zu Zayn-Wittgenstein y el polémico comisario -entonces en activo- José Manuel Villarejo. Entre otras cosas, ella desvelaba que el rey emérito tenía dinero en Suiza y para ocultarlo usaba a su primo como testaferro y titular ficticio de las cuentas. Aquella reunión, celebrada en 2015 en la residencia londinense de la ya examiga del rey, tendría otras consecuencias claves en esta historia.
El abogado de Álvaro de Orleans dijo a The Telegraph que su cliente no recordaba nada de aquella comisión. Sin embargo, Vozpópuli publicó la documentación que acredita su existencia. En la documentación de Zagatka se recoge expresamente la existencia de esos fondos “por presentar a las personas que intervinieron en la venta del Banco Zaragozano a Barclays Bank en Londres”. Figura en la información oficial del banco suizo Credit Suisse, concretamente en los datos de la cuenta a nombre de la fundación Zagatka cuyo titular es el primo del rey emérito y en la que Juan Carlos I y Felipe VI figuran como beneficiarios, según el documento al que este sábado ha tenido acceso este periódico.
La compra del Banco Zaragozano tuvo lugar en el 2003. Meses después del acuerdo, Álvaro de Orleans creó su fundación en Ginebra. Los máximos accionistas del Zaragozano eran los empresarios Alberto Alcocer y Alberto Cortina, del círculo de amistades del rey Juan Carlos. El País publicó una entrevista al primo del monarca. Preguntado a este respecto insistía en desmentirlo: “Es totalmente falso”. También negó haber tenido relación con los Albertos.
Álvaro de Orleans: “Creé la fundación para echar una mano a las familias reales cuando lo necesitaran”
Pero la entrevista incluía otras respuestas que acrecentaban las dudas sobre su papel como testaferro. A la hora de explicar el objeto de su fundación suiza, dijo que era para “echar una mano a las familias reales cuando lo necesitaran”. Vozpópuli se puso en contacto con los abogados de Álvaro de Orleans, pero no ha recibido respuesta.
El diario suizo Tribune de Geneve irrumpió la semana pasada con la siguiente información: Una investigación revela dinero secreto del exrey de España en Ginebra. Se hacía eco del hallazgo de la transferencia de 100 millones de dólares del rey de Arabia Saudí a una cuenta del banco privado Mirabaud. La cuenta estaba a nombre de otra fundación llamada Lucum “de la que Juan Carlos I era el único beneficiario”. Vozpópuli se ha puesto en contacto estos días varias veces con la Casa Real, que ha eludido hacer declaraciones sobre un asunto “en vías jurídicas”. La embajada saudí en Madrid tampoco ha querido dar su versión. Al menos en la documentación panameña sobre la creación de esa fundación a la que ha tenido acceso Vozpópuli el nombre del rey emérito no aparece.
La investigación a la que alude Tribune de Geneve se lleva a cabo en Suiza por un presunto “lavado de dinero agravado”. Corre a cargo de un fiscal llamado Yves Bertossa y tiene su origen en aquella conversación de 2015 entre Corinna y Villarejo que vio la luz tres años después. Otro de los nombres que citó la examiga del rey emérito fue el del abogado suizo Dante Canónica. Le señalaba como el arquitecto del entramado societario del rey en Suiza.
Canónica, Fasana y la cuenta ‘Soleado’
Dante Canónica aparece junto a Arturo Gianfranco Fasana tanto en la documentación de Zagatka como en la de Lucum. Son dos viejos conocidos de las autoridades españolas por su actividad en la construcción de estructuras offshore de grandes fortunas y Álvaro de Orleans admite que son sus gestores. Fasana fue investigado tras la operación Gürtel por gestionar los fondos del cabecilla de la trama, Francisco Correa. Ninguno de los dos ha sido procesado en esta causa. Canónica tuvo que declarar como testigo en el mismo procedimiento.
Ambos eran los responsables de una cuenta en Suiza llamada Soleado, gestionada por una sociedad llamada Rhône Gestión. Las identidades de la totalidad de sus clientes jamás ha trascendido, pero Fasana nunca ha ocultado que tenía una amplia cartera de fortunas españolas. Al menos en los registros mercantiles constan relaciones entre los responsables de Rhône Gestión y algunos empresarios como los Albertos.
Las revelaciones de la examiga del rey emérito provocaron que la Audiencia Nacional abriese una pieza separada en el marco de la macrocausa sobre las actividades de Villarejo. Sin embargo, el juez la archivó a instancias de la Fiscalía apelando a la inviolabilidad del Juan Carlos I. Fue un archivo provisional, por lo que esa pieza, bautizada con el nombre de Carol, todavía puede reabrirse ante el hallazgo de nuevas evidencias en un Juzgado que ahora dirige otro magistrado con un criterio diferente al de su antecesor.
La obra del AVE a La Meca
Pero Corinnazu Zayn-Wittgenstein dijo más cosas en aquella conversación con Villarejo. Una de ellas es que los empresarios españoles que intervinieron en la adjudicación del AVE a la Meca cobraron comisiones ilegales. Eso dio pie a la Fiscalía anticorrupción española a abrir una investigación aparte y entrevistarse con la examiga del rey en Londres el pasado septiembre. Sin embargo, se mostró mucho menos contundente que ante Villarejo. Dijo saber poco de ese asunto y por terceros.
La Fiscalía española mantiene contacto con el investigador suizo. Bertossa acudió a Madrid el pasado 29 de octubre y mantuvo un encuentro con el encargado de las pesquisas españolas, el fiscal Luis Pastor. También con otras autoridades del Ministerio Público y la Audiencia Nacional. El intercambio entre ambas partes llevó al investigador helvético a pedir las cintas con los audios de Corinna zu Zayn-Wittgenstein y Villarejo mientras que la Fiscalía española solicitó, vía comisión rogatoria, una información que no ha sido remitida todavía.
Una de las tesis de la investigación en Suiza es que los 100 millones de dólares de Arabia Saudí son una contraprestación a las gestiones del monarca
En el marco de esos contactos, desde la Audiencia Nacional se ha pedido a Bertossa recientemente que proceda al envío de documentación, según avanzó Vozpópuli. Una de las tesis de la investigación en Suiza es que los 100 millones de dólares de Arabia Saudí son una contraprestación a las gestiones del monarca para pactar una reducción del 30 por ciento del precio de la oferta española por la construcción del AVE a la Meca, según fuentes conocedoras de estos contactos entre países. Eso a pesar de que la adjudicación se produjo después de ese presunto pago.
“Un regalo” millonario “no solicitado”
Según avanzó Tribune de Geneve, buena parte de ese dinero saudí acabó en manos de Corinnazu Zayn-Wittgenstein . Fue transferido desde la fundación panameña Lucum a una sucursal de Ginebra en las Bahamas. La examiga del rey emérito reconoce haber recibido el dinero, pero niega su origen ilícito y lo describe como “un regalo no solicitado”. “En 2012 nuestra cliente recibió un regalo no solicitado del rey emérito quien lo describió como una forma de donación para ella y su hijo, con los cuales él se había encariñado”, dice uno de los abogados de la aristócrata germanodanesa. Defienden que “la donación se documentó claramente como un regalo, y las empresas de servicios profesionales y los bancos realizaron el cumplimiento y la diligencia debida necesarios sobre los fondos”.
Ese año 2012 es el momento del accidente de Botswana cuando empezaron los problemas. Corinna zu Zayn-Wittgenstein denuncia haber sido amenazada por el exresponsable del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán y este es otro frente del conflicto entre ambas partes. Según su versión, fue el 5 de mayo de aquel año en el Hotel Connaught de Londres: “Fue durante esa reunión cuando el general Roldán me amenazó a mí y a mis hijos”. El director de los servicios secretos le dijo expresamente “que no hablara con los medios”. Ella responsabiliza al monarca de estar detrás de esa campaña de acoso.
Corinna aportó unos presuntos SMS intercambiados con Don Juan Carlos a quien tenía grabado en su móvil como “John Smith”
Todo esto lo dejó por escrito la examiga del rey en una declaración jurada hace un año ante notario publicada por Vozpópuli. Por primera vez se refería a su vínculo con el monarca como una “relación romántica”. Además aportó unos presuntos SMS intercambiados con Don Juan Carlos a quien tenía grabado en su lista de contactos con la identidad de “John Smith”. Es lo mismo que le dijo a Villarejo en su encuentro de 2015. El interés del comisario -actualmente en prisión- era hacer acopio de munición sensible en la guerra personal que por su parte mantenía abierta con Sanz Roldán.
En ese momento, el diario El País ya había publicado una información en la que sacaba a relucir el entramado societario de Villarejo con 12 empresas y un capital de 16 millones de euros, una fortuna incompatible con el sueldo de un funcionario policial. El comisario se sentía amenazado y usó la información transmitida por Corinna durante una entrevista concedida al programa Salvados de La Sexta en la que aireó esas presuntas amenazas. Eso le costó una querella por injurias del jefe de los espías españoles que se resolverá próximamente. Tras un primer aplazamiento, el juicio se iba a celebrar el día 23 de este mes en un juzgado de Madrid. La parálisis fruto de la expansión del coronavirus amenaza su celebración.
Para ese contencioso está citada a declarar Corinna, quien ya ha manifestado su intención de testificar en favor de Villarejo y refrendar esa versión. Paralelamente, sus abogados han anunciado que iniciarán acciones legales por esas amenazas en el Reino Unido. Según avanzó eldiario.es, la denuncia irá dirigida contra Sanz Roldán y contra Juan Carlos I. Este periódico se puso en contacto con Sanz Roldán quien negó estas graves acusaciones: “Jamás he amenazado en mi vida a nadie y por eso me he puesto en manos de la Justicia”.
fuente: VOZPOPULI