Sus casas están separadas por menos de 50 metros. Son vecinos de toda la vida, pero cuando pueden, se atacan mutuamente. La violencia se reavivó en el barrio Villa Nueva de Aguilares tras el asesinato -en diciembre pasado- del adolescente Santiago Matías Uñates, de 13 años.
En la madrugada del miércoles, parientes de la víctima realizaron varios disparos con armas de fuego contra la vivienda de Virginia Avila, madre de Franco “Trucha” Espíndola, acusado de ser el autor de la muerte del menor. Actualmente el joven, junto a dos de sus hermanos, se encuentra con prisión preventiva.
Tras el ataque, los integrantes de la familia Espíndola fueron hasta la casa de los Uñates para incendiar un auto Fiat Super Europa de propiedad de Gabriela Uñates, tía de Santiago. Aunque en ambos episodios no se registraron víctimas, se volvió a instalar el miedo entre los pobladores de la zona, abrumados por las peleas frecuentes entre familias.
Tanto los Espíndola como los Uñates son investigados por su posible vinculación con el narcomenudeo. La muerte de Santiago, ocurrida el 13 de diciembre en la casa en que convivía con su padre Walter “Quilla” Uñates, habría tenido su origen en diferencias en el manejo territorial de la droga. El adolescente murió tras recibir un balazo mortal en el tórax. Su progenitor también resultó herido de un disparo en el tobillo cuando salió a enfrentar a los atacantes.
“Después del trágico episodio de diciembre los Uñates abandonaron la Villa Nueva y se fueron a vivir en el barrio Tagusa, al este de Aguilares”, comentó un vecino del lugar que prefirió no identificarse. “Ambas familias se alejaron pero los une el rencor y la sed de venganza”, advirtió el informante.
“Afortunadamente en ambos episodios no se tuvo que lamentar ninguna víctima. Ahora el caso está en manos del fiscal Miguel Varela quien dispuso la instrucción de dos causas diferentes. Hasta el momento no se ordenaron aprehensiones”, informó el comisario Gustavo Gómez, jefe de zona de la Regional Sur.
“Esto es de nunca acabar. Siempre están a los tiros y seguirán así hasta que se maten entre ellos. El problema es que ponen en peligro a todos los habitantes del barrio”, explicó Rosa de Medina. “No tengo miedo porque estoy harta de estos delincuentes. Estamos hartos de que nadie haga algo. Ellos venden droga y a nadie le importa. Acá todos hablan de las muertes que provocan sus enfrentamientos, pero quién se acuerda de todos los chicos que murieron por la basura que venden”, dijo Hugo.
El jefe de la Unidad Regional Sur Jorge Díaz señaló que se incrementó la presencia policial en el barrio para evitar nuevos incidentes. “Los Uñates ya no viven en el barrio, pero los hijos vuelven a intentar tomar venganza. Estamos vigilando la zona y en los próximos días habrá una sede policial allí”, comentó.
Díaz confirmó que un vecino cedió una propiedad con dos condiciones: que las autoridades municipales la acondicionen y que sea utilizada por la Policía para que realice tareas de prevención. “Se decidió que ahí se instale la Patrulla Motorizada de Aguilares. Estimo que en menos de una semana ya estará funcionando normalmente”, acotó. Además, trascendió que la intendencia donará dos camionetas a la fuerza.
fuente: lagaceta