La docente de alta montaña Isabel Vera se quejó sobre la realidad que vivieron, y viven, luego de que los trasladaran en helicóptero a sus lugares de trabajo.
“El Ministerio de Educación hace oídos sordos. El gremio se burla en la cara. Yo yo me callo más, por todo el atropello que vengo sufriendo hace años. Voy a hacer público todo lo que se vive en alta montaña, lo que mis compañeros callan por mucho tiempo”, dice Isabel.
“Un día miércoles a última hora nos informaron que nos llevaban en helicóptero el día viernes (12 de marzo). A las 8 de la mañana nosotros salíamos desde Horco Molle. Preparamos la mercadería, ropa y todo lo que pudimos. A pesar de la tormenta intensa que fue el viernes a la madrugada, pensábamos que no íbamos a viajar, pero aun así nos llevaron. Se hizo todo el acto protocolar. Cuando llegué, porque tengo varios kilómetros desde Aguilares, el ministro (Juan Pablo Lichtmajer) estaba agradeciendo a los docentes. Toda una foto de políticos para decir que daban inicio al ciclo lectivo de alta montaña”, cuenta a Vientos Tucumanos sobre la situación que les tocó vivir a los docentes que subían a las localidades de Ancajuli, Chasquivil, San José y Anfama.
“Nos hicieron dejar las cajas, las mochilas y los bolsos abajo, porque después nos iban a llevar las cosas, solo subíamos los docentes”, relata Vera y continúa: “Alcancé a llevar una mochila mía y una de mi hija. Yo no tenía con quien dejarla a mi hija de 9 años, así que tuve que llevarla. Pasó a ser alumna de la institución (a donde Isabel se desempeña como docente, Escuela N° 215 Virgen de la Merced, Alto de Anfama, departamento Tafí Viejo). No tenía opción”.
Luego de llegar al establecimiento escolar, la maestra denuncia que tuvieron que esperar varios días para recibir sus pertenencias y comida: “Ya llevábamos varios días cuando nos mandaron las cosas a caballo, en cargueros. Absolutamente todo nos llevaron después de una semana: ropa de invierno, calzados y la comida que preparamos para al menos dos días, que obviamente se echó a perder, cuando nosotros no llevamos dinero para poder afrontar los gastos de esos días”. Además, Isabel comenta que los docentes de las otras escuelas recién recibieron la mercadería y sus cosas el día martes 23 de marzo, es decir, 11 días después.
La parte más cruel de este relato llega al momento de hablar de las condiciones de higiene de la escuela: “No tenemos agua para beber. Los tanques están muy sucios y el agua no es potable. Había ratas y murciélagos. Yo tengo todo el cuerpo picado. Las manos, los pies y los tobillos con picaduras de pulgas de murciélagos. No tenía donde dormir por las condiciones (del lugar), porque no tenía una cama, nada“.
Y sigue: “No tenía ni para respetar el distanciamiento (por el coronavirus), porque había 5 o 6 camas por habitación, con las paredes llenas de agua”.
“También tuve que ponerme a limpiar un aula para poder tener clases con mis alumnos. Un aula que tenía los machimbres caídos, que estaba toda sucia y que tiene humedad en todas las paredes”, agrega.
Además de todo esto, la docente explica que tuvo que bajar en caballo y “pagar mil el transporte, en un viaje de 7 horas y será lo mismo para cuando necesite subir, es decir que voy a necesitar $6.000 por mes si bajo todos los fines de semana”.
Por último, Vera manifestó que “quisiera que las autoridades suban y vean que es real, que no estoy mintiendo, que no estoy haciendo nada en contra del Gobierno sino diciendo la verdad”. /Vientos Tucumanos
fuente: contexto