Condenado a cinco años de prisión efectiva por el daño que uno de sus emprendimientos inmobiliarios causó en una propiedad colindante, el empresario Miguel de la Cruz Grandi no sólo seguirá detenido mientras se revisa la sentencia, sino que será trasladado a la cárcel de Villa Urquiza.
El abogado del constructor, quien enfrenta además numerosas acusaciones por estafas con edificaciones en pozo que se cobraron y nunca se entregaron, había pedido que la preventiva sea domiciliaria, argumentando que la salud mental de su cliente estaba comprometida.
Según Alfredo Falú, quien asumió recientemente la representación de Grandi, el empresario está deprimido y tiene ideas suicidas. Además está arraigado en la provincia y debe hacerse cargo del cuidado de sus hijos, uno de ellos menor de edad.
Pero el juez Eduardo Romero Lascano adhirió al dictamen de la fiscal Estela Velia Giffoniello, quien consideró que el estado de salud mental del condenado podía ser tratado adecuadamente por el equipo médico que trabaja en el penal y que existía un riesgo de fuga.
En consecuencia, el magistrado dispuso el traslado de Grandi a la cárcel, rechazando la caución ofrecida por la defensa del empresario, consistente en un inmueble ubicado en la calle Vírgen de la Merced 864, en barrio Norte.
Sobre esa misma calle, al 200, se ubica la propiedad de Eduardo Mendez y Noelí Cascales, que sufrió un colapso en 2014 debido a las excavaciones que la empresa del desarrollador inmobiliario realizó en un terreno contiguo, con la idea de levantar un edificio de altura.
Así surgió la denuncia que puso tras las rejas a Miguel de la Cruz Grandi, lugar en el que debe esperar nuevos juicios tras la decisión de la fiscal Mariana Rivadeneira, quien consideró probadas las denuncias por defraudación en su contra, al vender propiedades en pozo que nunca se concretaron.
fuente: contexto