Evangelio (Mt 12, 38-42)
Entonces algunos escribas y fariseos se dirigieron a él: -Maestro, queremos ver de ti una señal. Él les respondió: -Esta generación perversa y adúltera pide una señal, pero no se le dará otra señal que la del profeta Jonás. Igual que ‘estuvo Jonás en el vientre de la ballena tres días y tres noches’, así estará el Hijo del Hombre en las entrañas de la tierra tres días y tres noches. Los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación en el Juicio y la condenarán: porque se convirtieron ante la predicación de Jonás, y daos cuenta de que aquí hay algo más que Jonás. La reina del Sur se levantará contra esta generación en el Juicio y la condenará: porque vino de los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y daos cuenta de que aquí hay algo más que Salomón.
Comentario
Nuestro Señor sabe que la petición de los escribas y fariseos es insincera y carente de buena fe. Con su petición formal quieren poner a prueba a Jesús, y probablemente están dispuestos a atribuir a Beelzebul (como lo habían hecho poco antes, cf. Mt 12,24) cualquier milagro que pueda realizar. Así que Él rechaza firmemente su petición.
A continuación, se refiere a una “señal de Jonás”. Esta señal opera en varios niveles. En concreto, como dice el Evangelio, los tres días y las tres noches de Jonás en el vientre de la ballena, son un signo del intervalo entre la muerte y la resurrección de Nuestro Señor. Esta interpretación se apoya también en el signo paralelo del templo reconstruido en tres días. Cuando el mismo grupo de personas le había preguntado: “¿Qué signo nos das para hacer esto?” Jesús respondió: “Destruid este templo y en tres días lo levantaré” (Jn 2,17-22).
Pero hay otros puntos claros de comparación con Jonás, y probablemente Jesús se refería a ellos también. Más ampliamente, toda la misión de Jonás es un signo: el sacrificio voluntario de su vida para salvar a sus compañeros, su huida milagrosa de la muerte y el éxito maravilloso de su predicación en Nínive. Todo ello tiene su paralelo en la muerte redentora de Nuestro Señor, su resurrección y el posterior éxito del Evangelio.
Los escribas y fariseos, educados en las Escrituras, también podían entender la advertencia de las palabras de Nuestro Señor: “Daos cuenta que aquí hay algo más que Jonás”. Se obstinaban en rechazar el mensaje de Jesús. Sin embargo, los ninivitas se habían arrepentido cuando fueron confrontados con el mensaje de Jonás, “De aquí a cuarenta días Nínive será destruida”. Así pues, si los escribas y fariseos seguían despreciando el mensaje de Nuestro Señor, también se enfrentarían al desastre, y –parece añadir– que le ocurrirá a esta generación.
En cuanto a nosotros, todo el pasaje es una exhortación a volvernos a Nuestro Señor y aceptar sus enseñanzas, pues son el verdadero y único camino de salvación.