Finalmente, un juez sentenció a favor del consumidor por los reiterados problemas de su pick up.
Vale precisar que la historia arrancó en 2018, cuando el hombre perjudicado adquirió una Chevrolet S10 nueva en versión 4×2 LS cabina doble. Al principio todo parecía bien, pero al poco tiempo comenzaron desperfectos sonoros, golpeteos y pérdidas de potencia en el motor, un turbodiésel 2.8 litros de 200 CV.
Luego la llevó al taller del concesionario M.S. Automotores S.A., donde la adquirió, y un perito constató todos los desperfectos, pero los arreglos no eran suficientes y las fallas persistían. Tuvo que ser remolcada en al menos tres ocasiones.
Por desgracia, el titular del vehículo falleció y su hijo -luego de heredar la camioneta- inició la demanda contra el concesionario y contra General Motors, el fabricante de la misma.
Tras analizar el caso, el juez Gabriel Saade determinó que ambas firmas deben resarcir al titular del vehículo con $250.000 por daño no patrimonial, con $500.000 por daño punitivo y con $150.000 por daño patrimonial.
Además, tendrán que entregarle al titular en los próximos veinte días un vehículo de iguales características fabricado al momento de la sentencia.
“Es ilógico pensar que quien compra un vehículo nuevo pueda imaginar que al poco tiempo comenzará a tener problemas en el uso y funcionamiento del mismo. Recurriendo al service autorizado, a pesar de tomar conocimiento de los defectos nunca le han dado una respuesta satisfactoria”, declaró el juez.
Para decidir el fallo, Saade tuvo en cuenta que el vehículo no era utilizado únicamente para circular en familia sino que tenía una función laboral, ya que con ella transportaban gaseosas por la zona urbana y suburbana de la localidad correntina.
FUENTE:AMBITO