Fue en un acto de la CTA donde afirmó: “Eso no es peronismo, depender de un dirigente barrial para que me de el alta o la baja de un plan”. Volvió a denunciar corrupción en la administración de las importaciones y cruzó a Techint.
Cristina Kirchner reclamó a Alberto Fernández controlar las importaciones para proteger las divisas y le pidió supervisar de cerca a 600 empresas que dominan el 75% de las compras al exterior.
Fue durante un acto de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) en Avellaneda, en el que volvió a apuntar contra Techint por pedir dólares para comprar insumos que necesita en la construcción del gasoducto de Vaca Muerta, sostuvo que debe haber menos planes sociales y dijo que la unidad del oficialismo no está en riesgo, pero no tiene sentido si todo sigue igual.
“Debemos apelar a nuestras mejores acciones y convicciones, como aquella, hace cinco años, cuando fundamos Unidad Ciudadana. Por eso hoy, somos gobierno. No nos olvidemos de dónde venimos. Ganar la elección para no cambiar nada, mejor quedarse en la casa”, cerró el discurso de más de una hora, en el que confrontó con Alberto por la fuga de dólares, un tema que la obsesiona.
Reclamó a Diputados aprobar la ley que repatría dólares no declarados para pagarle al FMI y al Senado la que levanta el secreto bancario y está cajoneada por presión del presidente del Banco Central, Migue Pesce, a quien también apuntó cuando se refirió a la salida de divisas.
“La economía produce dólares y hay un festival de importaciones. El Gobierno debe pensar articuladamente entre Banco Central, el Ministerio de Producción, que es el que autoriza las importaciones; la AFIP y la Aduana, que fija los precios de referencia y controla que no haya subfacturación y esto no estaría sucediendo”, alertó la vicepresidenta, acompañada por el ministro Jorge Ferraresi -que confirmó así su regreso al cristinismo, luego de haber impulsado la reelección de Alberto- y Hugo Yasky, titular de la CTA.
Y dijo tener “expectativas en que el ministro Daniel Scioli y el nuevo titular de la Aduana, Guillermo Michel, “puedan reencausar y reenderezar las cosas”. No mencionó a Mercedes Marcó del Pont ni a Pesce. Como reveló LPO, el desembarco de Michel en la Aduana fue una intervención de Massa y Cristina en la gestión de Marco del Pont, ante la percepción que se había montando un circuito de sobrefacturación de importaciones y subfacturación de exportaciones para hacerse de dólares del Central a precio oficial. En se circuito quedó expuesto el todavía secretario de Industria, Ariel Schale.
Michel venía trabajando en los equipos de Massa en toda la agenda tributaria y fue parte del gobierno de Cristina como titular de la DGI, donde en su momento se enfrentó con maniobras parecidas a las que ahora deberá volver a cruzar. Para Cristina la falta de reservas es hoy el principal foco de fragilidad y desestabilización de la macroeconomía y de ahí la importancia central que le asigna a mejorar tanto la gestión de permisos de importación de Industria y Aduana como a la gestión del Banco Central.
En los últimos meses la vicepresidenta intensificó su vínculo con Martín Redrado, ex jefe del Central entre 2004 y 2010, también cercano a Massa.
La subfacturación de la Aduana fue denunciada también por el titular de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales (ENAC), Leonardo Bailanski, quien sostuvo que se volvió a crear una “Aduana Paralela”, con la complicidad de un “juzgado corrupto” que habilita importaciones no industriales.
“Es urgente liberar dólares para traer insumos y frenar la aduana paralela que habilita usarlos para traer cosas que la Argentina no necesita”, denunció el empresario.
En su discurso, Cristina identificó en el “festival de importaciones” a 600 empresas con el 75% de las compras externas, mientras que otras 24 mil explican el 25% restante. “No es tan difícil controlar esto”, señalo.
Y aprovechó la ocasión para volver a reclamar al Gobierno que no le facilite a Techint divisas, como había hecho durante el acto por el aniversario de YPF, que provocó la reacción de Matías Kulfas y su posterior despido.
“Si tenés una empresa multinacional de la magnitud de Techint, si aparte tenés la posibilidad de hablar con sus directivos, pedirle que los 200 millones de dólares que le tienen que pagar a su subsidiaria en Brasil la financien ellos o pidan un crédito en Brasil y entonces no tengo que darle 200 millones de dólares a 127 pesos el dólar para que me importe”, afirmó filosa. La mención a “hablar con sus directivos” fue un dardo directo a Alberto y Martín Guzmán, quiene como reveló LPO, cenaron con Paolo Rocca en Olivos.
“Estas cosas son también usar la lapicera. No hace falta pelearse, ni agarrarse de los pelos. Esto es tener funcionarios y funcionarias que funcionen, que se sienten a discutir, no hay que agacharles la cabeza, tampoco pelearse, hay que discutirle, sugerirles orientaciones”, dijo en clara alusión al presidente.
Cristina además acusó a la justicia de permitir más compras al exterior que las habilitadas. “¿Quiénes han aparecido en el mundo de las importaciones? Los jueces y los fiscales. Entre enero del 2021 y marzo de 2022 salieron del país 1.847 millones de dólares de importaciones autorizadas por jueces y fiscales con amparos. Más de 6.500 expedientes judiciales de amparos”, reveló.
“Esos jueces no siguen la doctrina de Rosenkrantz. Donde hay una necesidad de dólares ahí habrá un juez y fiscal para darle dólares a los importadores”, agregó irónica, en referencia a los dichos del juez de la Corte Suprema en una conferencia en Chile.
Cristina recordó que al final de su gestión tenía permitía sacar hasta 2500 dólares por mes. “Hoy son 200 dólares y tenemos problemas”, se indignó, en su discurso de más de dos horas, con la presencia de Axel Kicillof, Mayra Mendoza y Andrés Larroque, sindicalistas de la anfitriona CTA y Pablo Moyano, otro dirigente que blanqueó su incorporación al cristinismo.
La vice comenzó con un repaso de los indicadores económicos comparados entre Argentina y otros países del mundo para concluir en que la inflación no es por el déficit y las cuentas externas, sino por la concentración de los bienes. Y pareció contestarle a Alberto aquella frase en el acto de YPF en la que parafraseando a Spinetta dijo que no siempre todo tiempo pasado fue mejor.
“A los que no les gusta mirar el pasado yo desconfío, será que además no le gustan las cosas que hicieron durante el pasado. Yo no tengo problemas con el pasado, con el mío, con el del peronismo. Creo que es muy importante. En nuestra propia historia encontramos las claves de lo que pasó y podés atisbar lo que puede pasar. No se puede actuar en el presente sin estos dos elementos: el conocimiento del pasado y la imaginación y la estrategia del futuro”, afirmó en uno de los párrafos más duros que dirigió al Presidente.
Cuando estuvieron juntos en YPF, Alberto citó una frase de la canción “Cantata de puentes amarillos” de Spinetta, que dice “Nunca yo voy a decir que todo tiempo por pasado fue mejor. Mañana es mejor”.
Luego sorprendió con una crítica al reparto de planes sociales, que pareció apuntada al Movimiento Evita de Emilio Pérsico, que controla el Ministerio de Desarrollo Social y es aliado de Alberto.
“Con esta desocupación debería haber menos planes. El Estado nacional debe recuperar el control y la auditoría de los planes, que no pueden seguir tercerizadas”.
“Eso no es peronismo. No es depender de un dirigente barrial para que me de el alta o la baja. Y sobre todo las mujeres, que son las más explotadas, las más basureadas. Si Evita los viera. ¡Mamita!”, concluyó, en una referencia muy directa a la agrupación de Pérsico y el Chino Navarro, que disputan a La Cámpora y el cristinismo el territorio en la provincia de Buenos Aires, en una pelea que ya trasciende a Alberto.
fuente:lapoliticaonline