“La Constitución no habla de eso”, dijo en una reunión cerrada en el Congreso. El jueves abre el recinto para una sesión.
Cristina Kirchner reunió este martes a senadores y diputados del Frente de Todos para repasar los incidentes que hubo en su domicilio el sábado, pegarle a los líderes del PRO y convocar a discutir el alcance de la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires.
“Tenemos que repensar un poco el tema de esta bendita Ciudad de Buenos Aires que es la capital de todos los argentinos y que, de repente, una policía política se ha apoderado de la seguridad de las calles”, propuso.
“La Constitución no habla de autonomía: habla de que se dicte un estatuto y además porque creo que esta Ciudad es la ciudad de todos los argentinos. Por esta Capital hubo guerras civiles durante todo el siglo 19 así que creo que deberíamos replantearnos también el funcionamiento jurisdiccional de cómo se debe ejercer la jurisdicción y cuál es el rol del gobierno federal también en una ciudad como esta”.
El debate sobre la autonomía porteña pasó por el Congreso en 2020, cuando se sancionó la ley para quitarle a la ciudad la coparticipación que le había aumentado Mauricio Macri por el traspaso de la policía. Cristina invitó al poder legislativo a retomarla, ya con un recorte de las facultades que ostentan los jefes de Gobierno.
No será la última vez que Cristina se vea esta semana en el Senado: el jueves abrirá el recinto para una sesión acordada con la oposición, con temas acordados y un tiempo para debatir sobre su pedido de prisión y las manifestaciones del fin de semana.
El encuentro con los legisladores fue a puertas cerradas en el salón azul del Congreso, organizado a pedido de los diputados oficialistas y al que luego se sumaron los senadores. Sólo pudieron asistir los que estaban por la zona, porque la citación llegó por whatsapp a las 16.30, muchos la vieron tarde y otros aún no están en Buenos Aires.
Tan cuidadosa fue la organización que se invitó a los legisladores a dejar los celulares en una mesa para que no tomaran fotos. Algunos no cumplieron, pero no hubo imágenes que se filtraran por las redes sociales.
Cristina se cuidó de que la prensa no acceda y su equipo de comunicación filmó y difundió el video de su discurso, que llegó después que hablaran senadores y diputados.
Fueron 23 minutos sin levantar el tono. Recordó que el sábado supo de las vallas a la madrugada, cuando escuchó cómo los policías las instalaban, pero que recién el domingo se enteró que Máximo Kirchner había sido golpeado por efectivos cuando intentaba atravesarlas.
“No me contó nada. Si me hubiera contado hubiera dicho alguna cosa más seguramente. Pero yo no había visto esto”, explicó. Y destacó que entre la movilización hubo mujeres y jóvenes.
“No había una sola diciendo una mala palabra, creo que la palabra más grande es quilombo. Pero no se insultó a nadie, no se mencionaba a ningún dirigente de la oposición. Y la verdad que intentaron una provocación, como la de los volquetes”, rememoró.
Como en su reunión con las organizaciones de derechos humanos del lunes, Cristina inició y terminó su discurso con palos a la oposición y advertencias sobre lo que considera son los riesgos de competir por ser el más duro.
Hubo comparaciones con el gobierno de Fernando de la Rúa y palos a Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri y Patricia Bullrich, a quien ya sumó a sus ataques diarios.
“Es esa disputa de creer que la autoridad es apretar, de aprietes, de locura, de la falsa autoridad como le digo yo. Fue la misma que lo llevó a un presidente en el 2001 a firmar un decreto de estado de sitio. Yo era senadora con Alfonsín. Casualmente un grupo que tenía nombre de una comida, el sushi. ¿Se acuerdan? Yo por lo menos me acuerdo porque lo integraban los hijos del Presidente, una ministra que ahora es la Presidenta del Pro”.
No fue su única alusión a Bullrich. Recordó que sacó un twit “poco inteligente donde dice: ’12 años de gobierno, 12 años de condena’. Lo escribió y lo firmó. La verdad no sé si era la hora de la tarde y ya estaba medio… a esa hora. No sé, qué sé yo pero, pero…”, bromeó. Pareció aludir a las versiones sobre una borrachera de la ex ministra durante un foto control policial que ella dijo que habían manipulado.
Cristina aseguró que su pedido de prisión es una forma de encubrir las causas de corrupción que pesan contra Macri, como “el soterramiento, el endeudamiento, las autopistas y el espionaje claramente. El espionaje a todos, porque había espías a todos y todas. A nadie le faltó. Un espía no se le niega a nadie en un gobierno macrista, no perdonaron a nadie. Ni a los propios siquiera”.
Antes que de la vice hablaron los diputados Cecilia Moreau, Germán Martínez y José Luis Gioja; y los senadores Silva Sapag, Guillermo Snopek y José Mayans.
Hubo muchas alusiones personales: Sapag se emocionó al recordar a su padre, Moreau recordó que era radical pero Cristina la acercó al peronismo y Snopek aludió a sus enfrentamiento con la justicia de Jujuy. “No pensé que acá se iba a dar el mismo quiebre institucional”.
Mayans repasó los números de la deuda externa y le dio pie a Cristina para que celebrara el acompañamiento pacífico en todo el país. Un rato más tarde, acordó con la oposición sesionar el jueves, con la vice en el estrado, para aprobar leyes que pidió Sergio Massa como la de biotecnología y la de industria automotriz.
A la UCR le interesa tener los conjueces de Rosario, la cuidad de la vice de la Cámara Carolina Losada. Por eso habrá quórum. Y discusión política.
FUENTE:LAPOLITICAONLINE