El gobernador de Tucumán ordenó a sus diputados que dejen claro en la Capital que va por el premio mayor. “Me dieron por muerto y acá estoy, subido a una probable postulación”, afirmó.
Manzur puso en marcha un fuerte operativo político para meterse en la discusión grande del peronismo. El gobernador de Tucumán le transmitió a su grupo de mayor confianza que su objetivo no es ser vicepresidente y que peleará por ser candidato a la presidencia.
Sucede que, en Tucumán, consiguió posicionar muy rápido una candidatura presidencial. Si embargo, en la cúpula del Unión por la Patria lo visualizan como buscando ser el candidato a vice de una fórmula de unidad. Por eso, en las últimas horas, envió a sus diputados nacionales a que instalen en Buenos Aires que su objetivo es la presidencia y no la vice.
Es tan posible que esa sea su verdadera vocación, como que termine aceptando ser el dos de una lista competitiva. Es un apotegma tan viejo como la política, que en la previa al cierre de listas nadie hace campaña para vicepresidente. La premisa básica es ser candidato presidente y llegado el momento aceptar la vice. Si se saca el premio mayor, mejor.
“Me dieron por muerto y acá estoy, subido a una probable postulación. Habrá un amigo o una amiga que me promoverá. Eso está por verse en los próximos días”, filtró este viernes a La Gaceta de Tucumán, el medio que suele elegir para fijar su línea política.
Me dieron por muerto y acá estoy, subido a una probable postulación. Habrá un amigo o una amiga que me promoverá. Eso está por verse en los próximos días.
La idea de Manzur de meterse en una fórmula nacional comenzó a rondar el domingo cuando se conoció el contundente triunfo del peronismo tucumano y el gobernador se mostró como líder de los gobernadores del norte.
Manzur busca capitalizar el triunfo en Tucumán y motivos le sobran: esperaba ganar por más de diez puntos para involucrarse en la discusión nacional, pero terminó ganando por más de veinte y encima le arrebató a Juntos por el Cambio la capital provincial.
Tucumán fue una de las provincias donde el PRO hizo campaña, un tema que luego del triunfo por más de veinte puntos se encargaron de recordar en Tucumán. Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y hasta Mauricio Macri viajaron para apoyar a Roberto Sánchez.
Durante toda la semana, el tucumano no deja de repetir que es la primera vez que una peronista será intendenta de San Miguel de Tucumán. “Es la primera vez que ganamos en la Capital porque antes (durante la gestión de José Alperovich), tanto Domingo Amaya como Germán Alfaro usaron al partido, pero terminaron en los brazos de Mauricio Macri”, ironizó.
El batacazo de Rossana Chahla en la capital tucumana terminó de coronar el triunfo de Manzur. El gobernador le arrebató esa ciudad a Juntos, pero además le permite instalar la idea de un peronismo del interior competitivo y ganador que en Buenos Aires no se logra observar.
Chahla fue ganando espacios de la mano de Manzur. Arrancó la función pública como directora de Maternidad de la capital tucumana. Luego fue ministra de Salud y también diputada nacional. Su frescura y carácter la convirtieron en una candidata para la ciudad. El gobernador capitaliza ahora ese triunfo inesperado.
Cuando todavía no se habían apagado los festejos en Tucumán, el albertismo intentó tentarlo para una fórmula con Daniel Scioli, pero Manzur respondió con frío extremo: ni siquiera invitó al embajador en Brasil a los festejos. Sí lo hizo con Cristina Kirchner, Sergio Massa y Wado de Pedro, el único presidenciable que asistió. Pero en la búsqueda de cierto equilibrio invitó al otro día a Alberto a visitar la capital tucumana.
fuente:lapolitica