El candidato de La Libertad Avanza se mostró muy alterado en el medio de una entrevista, se desquito con los trabajadores del canal y redobló sus apuestas respecto a las propuestas más controvertidas de su plataforma.
Javier Milei vivió una auténtica noche de furia. Mientras que el arco opositor se rearma (o desarma) después de las elecciones generales, el economista libertario se mostró muy incómodo durante una entrevista televisiva y dejó una serie de definiciones más que controversiales. Agredió a los trabajadores por, supuestamente, hacer mucho “bullicio”, lloró ante las críticas de Elisa Carrió y, en el sumun de una parábola narrativa, aseguró que “está en el medio de las sábanas” de Patricia Bullrich.
El momento que más destacó de todo la entrevista que le hizo el periodista Esteban Trebucq fue cuando Milei hizo referencia al acuerdo con Patricia Bullrich y se refirió al meme que publicó en las redes sociales tras la conferencia de prensa de la presidenta del PRO. Allí se ve al dibujo de un león abrazado a un pato.
“¿Alguien vio las métricas de ese tweet? Tiene más de 250 mil likes. Tiene casi 16 millones de impresiones. Solo en mi cuenta de Instagram el posteo tiene 1 millón de likes. ¡Ey! Lo que quiero decir es, así como hay un salame o tres salame (sic) opinando desde una computadora, ¿sabes qué? Mientras que esos miran a la señorita por Internet, yo estoy en el medio de sus sábanas”, dijo para referirse al acuerdo con “la señora Bullrich”.
Otra vez, la agresión a los trabajadores
En su noche para el olvido, Javier Milei volvió a agredir a los trabajadores de prensa. Tal como lo hizo hace apenas unas semanas en una conferencia, donde frenó su discurso para atacar a un movilero que estaba en vivo, esta vez se quedó del bullicio que hacían supuestamente los trabajadores en un tono muy violento.
“¿Podemos pedir que termine el murmullo detrás de cámara?”, comenzó increpando el libertario. Y siguió, desencajado y visiblemente nervioso: “Porque es muy difícil hablar con tanta gente hablando. Son temas muy delicados y veo que no cesan de hablar a pesar de mis cambios de tono para pedírselos de manera implícita”, dijo, sorpresivamente, en el medio de la entrevista.
Luego, añadió: “Convengamos que estamos con un nivel de bullicio no convencional para temas tan complejos como los que estamos hablando y si yo le erro, a mí me destrozan públicamente – dijo cambiando el tono – y nadie va a decir que atrás había un murmullo que me estaba matando. Veo gente que desde que inicie está hablando. Y es muy difícil temas tan complejos con murmullo en el oído. Y va la vida de 47 millones en esto”.
Lo que es muy llamativo es que, tal como quedó reflejado en videos publicados en las redes sociales, el estudio estaba prácticamente vacío durante la entrevista.
http://https://youtu.be/BgWZWoVIB9g
Que es la Misofonia
La misofonia es un trastorno mental denominado también síndrome de sensibilidad selectiva al sonido que describe a las personas que odian ciertos ruidos. En inglés se utiliza la expresión de sonidos de disparo para calificar esos ruidos que provocan en la persona que sufre misofonia estrés, ira, irritación, ansiedad y, en casos extremos, rabia. Los desencadenantes comunes incluyen desde ruidos de comer, chasquidos de labios, o el sonido de una tiza al escribir en una pizarra, hasta el sonido de respiraciones profundas. Y lo que es peor, los sentimientos de agresividad tienden a ser mayores cuando provienen de personas por las que se tienen mayores lazos emocionales, como los miembros de la familia.
Las personas que lo padecen optan por camuflar los ruidos que provocan el malestar con música, por el contrario otras procuran evitar los ruidos que les resultan desagradables. Cuando el grado de malestar es muy elevado las consecuencias de padecer este síndrome pueden ser graves, ya que la persona evita tener relaciones sociales y tender al aislamiento, ya que pueden llegar a mostrarse desagradables y muy susceptibles de cara a los demás.
En 2013, un grupo de psiquiatras holandeses expuso los criterios de diagnóstico de esta condición e instó a que se clasificara como un trastorno psiquiátrico independiente. Actualmente aún no está clasificado como tal por la American Psychiatric Association al ser aún muy reciente su calificación. Aunque la misofonia es un término nuevo, miles de personas han estado describiendo los efectos que sufrían durante años. De hecho hay publicado un mapa en el que se puede contactar con personas de todo el mundo que sufren este trastorno para apoyarse los unos a los otros (en España únicamente aparece un contacto).
Acudir a un especialista es muy importante, sobre todo para detectar su gravedad. Existen diferentes grados de este síndrome y para su correcta evaluación y estimación de la gravedad los especialistas utilizan una escala de activación de la misofonia en la que se distinguen 11 niveles. El diagnóstico se hace en base a la evaluación de los sentimientos experimentados por el sujeto cuando se expone a sonidos específicos. Aún no sé conoce qué causa la condición pero los expertos parecen estar de acuerdo con que la misofonia no se trata tanto de los propios sonidos como de su contexto. De hecho un mismo ruido como el masticar la comida puede molestar o no dependiendo de quién sea la persona que lo haga o dependiendo de las circunstancias.
Lo que también está demostrado es que la aversión por ciertos sonidos provoca una incomodidad fisiológica real en estas personas y reaccionan a estos estímulos emocionales sudando más entre otras respuestas que tiene el cuerpo ante estos ruidos. Algunos expertos que han investigado este trastorno creen que los pacientes en algún momento hicieron una asociación negativa con ciertos sonidos, lo que produce cuando los escuchan en una reacción impulsiva a ellos.
Las ondas sonoras cuando vibran en los huesos del oído se transforman posteriormente en señales eléctricas que viajan por el nervio auditivo hasta el cerebro. La señal llega al tálamo, una parte del cerebro que actúa como un conmutador central de información sensorial. Desde el tálamo, la señal sigue dos caminos diferentes a la amígdala, que se encuentra profundamente en el cerebro y que está involucrado en el procesamiento de las emociones como el miedo y el placer. Una de las dos rutas va directamente desde el tálamo a la amígdala, lo que permite una respuesta inmediata, que inconscientemente conduce a una reacción emocional. La ventaja de esta ruta directa es la velocidad: se oye un gran estruendo, y el miedo le pide a su cuerpo que salte rápidamente y de forma automática para evitar el peligro. La otra ruta es más larga y va primero a la corteza prefrontal medial antes de llegar a la amígdala. La corteza prefrontal medial es una parte más avanzada evolutivamente del cerebro que puede regular las emociones y permitir una interpretación más exigente de una situación. Estos expertos consideran que en las personas que padecen misofonia no hay participación de esa ruta más larga y que por eso reaccionan instintivamente ante ciertos ruidos.
La misofonia podría estar relacionado con daños en la corteza prefrontal medial aunque no está demostrado. Independientemente de la causa, la misofonia hace más difícil la vida para los que lo tienen y por las personas que les rodean. En la actualidad no existe cura para este síndrome pero la terapia cognitivo conductual o la terapia de reentrenamiento en tinnitus aumenta la tolerancia a determinados ruidos, haciendo que desaparezcan los sentimientos desagradables. Los tapones que cancelan el ruido pueden ser una medida provisional para evitar este problema al que hasta hace poco ni siquiera se le había puesto nombre.