Se trata de Rodolfo Barra, quien también fue miembro de la Corte Suprema y ministro de Justicia de Menem. Tuvo que renunciar cuando se reveló que había atentado contra una sinagoga y tenía lazos con grupos nazis y fascistas.
Rodolfo Barra fue en su juventud miembro del grupo Tacuara, una organización expresamente nazi argentina, y muchos años después uno de los principales funcionarios del menemismo, hoy se anunció su ingreso al gobierno de Javier Milei. «La casta», que le dicen.
Entre 1990 y 1993 fue parte de la famosa «mayoría automática» en la Corte Suprema con la que contaba Menem en esa época para hacer pasar todas sus contrarreformas con la complicidad de la Justicia. Luego, fue asignado por el gobierno neoliberal como Ministro de Justicia, cargo que desempeñó hasta 1996. En 1989 ya había sido parte del gobierno entrante como segundo de Roberto Dromi, ministro conocido como «el padre de las privatizaciones».
«Si fui nazi, me arrepiento» había dicho en su momento, pero solamente después de que su actividad fascista le pasara factura. De hecho, Rodolfo Barra nunca renegó de la filiación ideológica y política que lo convirtió en nazi en su momento de mayor radicalización. Su actividad explícitamente fascista no fue solamente su militancia en Tacuara ni el atentado a una sinagoga. Nunca renegó de su formación católica extremista y su pertenencia al Opus Dei. De hecho, ese fue el lazo de continuidad entre su juventud y su vida adulta.
Luego de su paso por Tacuara, fue uno de los miembros de la intervención de la UBA encabezada por Alberto Ottalagano, autor del libro «Soy fascista, ¿y qué?«. Así, Rodolfo Barra ejerció como delegado interventor de la Escuela de Servicio Social de la UBA hasta 1977, en plena dictadura.
Luego de años de ejercicio de abogado en la actividad privada, volvió a la política de la mano de Carlos Menem. La primera responsabilidad que se le dio fue la de viceministro de Obras y Servicios Públicos. Luego, secretario del interior. Desde esos puestos de poder es que impulsó la doctrina jurídica de la “intangibilidad de la retribución del co-contratante particular”. Significaba que los contratistas de la obra pública básicamente nunca debían perder. Por supuesto, con esa doctrina es que fue denunciado múltiples veces como cómplice de la corrupción y las estafas empresarias en la obra pública.
Además, fue el polémico autor de la conocida como «Ley Mordaza» bajo el menemismo. Con ella, el gobierno impulsó la persecución y criminalización del periodismo.
“Desde el Foro Argentino contra el Antisemitismo, manifestamos nuestra profunda preocupación y rechazo ante la designación de Rodolfo Barra como procurador del Tesoro de la Nación del próximo Gobierno, que asumirá funciones el 10 de diciembre. Consideramos esta elección como una afrenta directa al espíritu democrático y plural de nuestro país” dijo la organización mencionada en un comunicado.
Y agregan: “Resulta inadmisible que una persona con antecedentes vinculados al Movimiento Nacionalista Tacuara, con tendencias próximas al nazismo, sea nombrada para un cargo de tal relevancia en nuestro país. En vista de la gravedad de esta situación, exigimos de manera contundente la reconsideración de la designación de Rodolfo Barra”.
Párrafo aparte merece la DAIA. La organización sionista, que dedica todos sus días a la acusación de antisemita contra cualquiera que defienda al pueblo palestino, no quiso repudiar la asignación de Barra para un alto puesto en el gobierno. Se pusieron al frente de la censura de Roger Waters y su denuncia del fascismo real. Señalan con el dedo a cualquiera que cuestione la política del gobierno israelí. Pero en el caso de la asignación a un puesto de poder a un ex nazi declarado, prefieren hacer silencio. Esta organización no intenta ni quiere combatir el antisemitismo, su único interés es que continúe el genocidio del pueblo palestino.
fuente:izquierdaweb.com