Si bien esta época del año puede representar la felicidad para muchas personas, hay otras que la viven con depresión y ansiedad.
La segunda quincena de diciembre, la cuál se celebra la navidad, es una época que representa unión y felicidad para muchas personas ya que se reúnen para despedir el 2023 y hacer promesas para el 2024. Sin embargo, parte de la sociedad sienten estas fiestas con tristeza y nostalgia por el síndrome de la silla vacía y que afecta a su salud mental.
¿Qué es el síndrome de la silla vacía?
Según explica Silvia Sumell, profesora colaboradora del grado de Psicología de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la Navidad se asocia socialmente con felicidad y armonía, un mensaje que Sin embargo, la vivencia de estas festividades varía según las circunstancias vitales de cada individuo, que pueden ser diversas: tener a personas queridas o familiares hospitalizados, ser inmigrante, no tener recursos básicos, pasar por un proceso de duelo, sentirse solo o sufrir la ausencia.
Más allá de los sentimientos contradictorios al estar en una época festiva sin motivos para celebrar, el estrés y la ansiedad asociados a la Navidad constituyen el segundo motivo que las personas mencionan para justificar su escaso espíritu navideño. Algunos terapeutas incluso llaman a este fenómeno «síndrome del villancico».
Síntomas del síndrome del villancico
Los síntomas más comunes del síndrome del villancico son aquellos que suelen asociarse con la depresión o que se le asemejan, tales como tristeza, rabia, deseos de llorar, desánimo, falta de interés en actividades, apatía, irritabilidad y una sensación de susceptibilidad elevada. Además, se pueden experimentar síntomas físicos como insomnio, dolores de cabeza, dolores musculares y problemas estomacales.
nos inculcan desde la infancia.
Es importante destacar que, si bien la Navidad puede aumentar los niveles de estrés y ansiedad, llegando a provocar en algunas personas un profundo sentimiento de angustia, los psicólogos aclaran que estas fechas en sí mismas no desencadenan una depresión.
Más bien, si una persona ya experimenta previamente un cuadro depresivo o síntomas de tipo depresivo, la Navidad puede actuar como un factor de riesgo ambiental o un desencadenante.
¿Qué se puede hacer con este síndrome?
Según explica Silvia Sumell, la clave está en aceptar nuestras emociones o sentimientos, incluso cuando conviven durante fechas en que se espera que seamos felices. Es importante permitirnos estar tristes o no sentirnos tan felices durante esos días, y también diferenciar entre ser y estar.
A nivel social, esto puede ser complicado, sobre todo si estamos en familia, con la pareja o con los hijos, ya que ellos también pueden verse afectados por nuestras emociones.
En esos casos, recomiendo tratar de entender por qué nos sentimos mal, evitar aspirar a la perfección en estas fechas, no centrar toda la atención en las personas ausentes y recordar los buenos momentos vividos con ellas. Además, para evitar el estrés, es importante intentar organizarse y hacer las tareas necesarias con la máxima antelación. No es beneficioso dejar todo para el último momento.
fuente:misionesonline