Con motivo de la misa de la Cena del Señor, el pontífice regresó a la prisión romana por segunda vez desde 2015 y lavó los pies a 12 mujeres. “Jesús perdona todo si pedimos perdón”, dijo Francisco.
No es la primera vez que el Papa se acerca a esta cárcel, ya se acercó hace 9 años. En esta ocasión el pontífice se ha reunido con las internas y también con el personal del centro.
Como un simple párroco, con un delantal blanco sobre sus vestiduras litúrgicas, durante la misa, el Papa Francisco, sentado en una silla de ruedas debido a su estado de salud, lavó, secó y besó los pies de doce reclusas, de diversos orígenes y nacionalidades.
Emoción tras el lavatorio de pies
Grande fue la emoción de las personas involucradas, pocas de las cuales pudieron contener los sollozos y las lágrimas, y también de los demás reclusos y del personal penitenciario.
«Una vez escuché a una anciana sabia, a una anciana abuela, decir esto: Jesús nunca se cansa de perdonar. ¡Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón! Pidamos hoy al Señor la gracia de no cansarnos. Siempre, todos tenemos pequeños fracasos, grandes fracasos. Cada uno tiene su propia historia, pero el Señor siempre nos está esperando, con los brazos abiertos, y no se cansa de perdonar», dijo el Papa durante la celebración
Esta visita es aún más importante y significativa después del enésimo suicidio de una mujer de 52 años en la puerta de su celda. Fue encontrada el miércoles por la mañana por agentes penitenciarios.
Cómo funciona la Misa de la Cena del Señor
La Misa de la Cena del Señor abre el Triduo Pascual o «Tres Días», que conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo y conduce a la celebración del Domingo de Pascua.
Durante la misa «in Coena Domini», el sacerdote suele lavar los pies de varias personas, a imitación de Jesús que lavó los pies de sus discípulos la noche antes de su muerte. Este año la celebración fue privada y no abierta al público.
fuente MISIONESONLINE