Ante toda la OEA y desafiando a la Agenda 2030, el primer mandatario de Paraguay, Santiago Peña, solicito que se respeten los valores tradicionales de su país en temas relacionados a la vida y la familia.
En la reciente Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), celebrada en la sede de la Conmebol en Asunción, el presidente de Paraguay, Santiago Peña, reafirmó con firmeza el compromiso de su país con la defensa de la vida y la familia, en consonancia con los principios establecidos en la Constitución Nacional.
Frente a una audiencia internacional compuesta por autoridades y delegaciones, Peña subrayó que Paraguay no tolerará la injerencia externa en sus decisiones soberanas, declarándole la guerra a la Agenda 2030.
El presidente destacó el papel fundamental de la OEA en la promoción y protección de los derechos humanos en el continente, elogiando el robusto sistema interamericano de derechos humanos como un referente global. En su discurso, enfatizó los logros alcanzados en la protección de la libertad de expresión, los derechos de los pueblos indígenas, la lucha contra la desaparición forzada y la erradicación de la tortura, entre otros.
Peña también hizo especial mención a la defensa de los derechos de las mujeres, reconociendo el rol crucial de las mujeres paraguayas en la reconstrucción del país tras períodos de conflicto. Citando al Papa Francisco, el presidente elogió a la mujer paraguaya como “la más gloriosa de América” y reafirmó el compromiso del sistema interamericano en la defensa de sus derechos.
El mandatario paraguayo hizo hincapié en la importancia de mantener un equilibrio entre la protección de los derechos humanos universales y el respeto a la diversidad cultural y los valores tradicionales de cada país. En este sentido, reafirmó que Paraguay defiende la vida desde su concepción y sostiene la familia como la célula fundamental de la sociedad, valores que considera esenciales para el desarrollo armónico y sostenible de la nación.
Mientras se llevaba a cabo la Asamblea de la OEA, grupos de activistas y defensores de la vida y la familia se congregaron cerca de la sede del evento para expresar su posición en contra del aborto y de la ideología de género. Argumentaron que estas prácticas vulneran los derechos más básicos, especialmente los del niño por nacer, y amenazan los pilares fundamentales de la sociedad, como el matrimonio, la familia y la libertad religiosa.
En su comunicado, los activistas lamentaron lo que perciben como una creciente influencia de ideologías contrarias a los valores tradicionales paraguayos y destacaron la importancia de mantener la autonomía legislativa y cultural del país frente a presiones externas. Afirmaron que la defensa de estos principios es crucial para salvaguardar la dignidad humana y promover un desarrollo social basado en el respeto y la solidaridad.
El presidente Peña, al cerrar la Asamblea, reafirmó el compromiso de su gobierno de seguir trabajando en la promoción de los derechos humanos y en la defensa de los valores que considera fundamentales para la sociedad paraguaya. Anunció la continuidad de políticas públicas orientadas a fortalecer la familia, proteger la vida y garantizar la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos.
Además, hizo un llamado a la comunidad internacional para que respete la diversidad de visiones sobre los derechos humanos y apoye los esfuerzos de los estados por fortalecer sus propias instituciones democráticas y culturales.