En esta fecha, comunidades indígenas realizan rituales y ofrendas para agradecer la fertilidad y la abundancia que la tierra les brinda
El 1 de agosto marca una fecha muy especial en diversas comunidades que honran a la Pachamama, una práctica ancestral que reflota tradiciones y costumbres milenarias. Este día, las personas se reúnen para participar en ceremonias y rituales que buscan agradecer y devolver a la tierra todo lo que esta les ha brindado durante el año.
La celebración del Día de la Pachamama incluye distintas actividades que varían según la región y la comunidad, pero que comparten un mismo propósito de conexión y respeto hacia la naturaleza. ¡Con el móvil de Los Primeros te mostramos cómo se vivió la celebración en los valles tucumanos!
¿Qué se celebra el Día de la Pachamama y cuál es su origen?
El Día de la Pachamama es una celebración que honra a la Madre Tierra, símbolo de la fertilidad y la abundancia en diversas culturas indígenas de América Latina. Esta fecha es una ocasión para agradecer a la tierra por sus frutos, su protección y su generosidad, aspectos esenciales para la supervivencia y el bienestar de las comunidades.
El origen de esta festividad se remonta a las antiguas civilizaciones andinas, que veneraban a la Pachamama como una de las divinidades más importantes en su cosmogonía. Los rituales y ceremonias dedicadas a ella se han transmitido de generación en generación, preservando las tradiciones y creencias de estos pueblos.
¿Por qué se celebra el 1 de agosto?
El Día de la Pachamama se celebra el 1 de agosto debido a su vínculo con el ciclo agrícola y el calendario andino. En esta fecha, que coincide con el inicio del año agrícola en muchas comunidades indígenas, se realiza un acto de agradecimiento y renovación hacia la Madre Tierra.
Según la lengua quechua, “Pacha” significa “mundo” o “tierra”: la “Madre Tierra”, algo similar a lo que el pueblo mapuche denomina Ñuke Mapu, aunque existen algunas diferencias con la cosmovisión del pueblo de la Araucanía.
La Pachamama es vista como una deidad en la que muchos pueblos andinos depositan su fe y agradecimiento por todo lo que la naturaleza provee. Las comunidades como la quechua o aymara ven en la Madre Tierra a la diosa de la creación, aquella que sostiene la vida en este planeta, que provee lluvias para que crezcan los cultivos y aires que refrescan el alma.
Esta tradición milenaria busca asegurar buenas cosechas y la protección de los cultivos. Además, el 1 de agosto es un momento propicio para realizar rituales y ofrendas, ofreciendo a la tierra alimentos, bebidas y otros elementos como muestra de gratitud y respeto.
fuente:losprimeros