Los argentinos Alejandro Montagna y Marcelo Vives junto al norteamericano Tylor Flurry, rompieron el récord mundial de salto nocturno tras caer de 13.018 metros de altura.
Los paracaidistas argentinos Alejandro Montagna y Marcelo Vives saltaron en caída libre a 13.018 metros de altura y rompieron el récord mundial de salto nocturno a gran altitud desde el único avión que es capaz de subir a la estratósfera y abrir su puerta.
“Hemos trabajado mucho para este proyecto. Armamos el mejor equipo en el mundo que se pueda armar. Tenemos el mejor avión, el único capaz de subir a la estratósfera y abrir la puerta”, dijo Montagna a través de un video publicado en su cuenta de Instagram.
Los dos paracaidistas argentinos alcanzaron el récord junto con el norteamericano Tylor Flurry, quien es otro experto en saltos a gran altitud. “Récord Guinness 13.018 metros. Los tres aterrizamos ok”, posteó en una historia de su cuenta de Instagram Montagna, luego de batir el récord mundial de salto nocturno en caída libre.
La hazaña tuvo lugar esta madrugada en Estados Unidos, donde los tres paracaidistas despegaron desde el aeródromo WTS, cercano a Memphis, en el estado de Tennessee.
Los paracaidistas argentinos Alejandro Montagna y Marcelo Vives saltaron en caída libre a 13.018 metros de altura y rompieron el récord mundial de salto nocturno a gran altitud desde el único avión que es capaz de subir a la estratósfera y abrir su puerta.
“Hemos trabajado mucho para este proyecto. Armamos el mejor equipo en el mundo que se pueda armar. Tenemos el mejor avión, el único capaz de subir a la estratósfera y abrir la puerta”, dijo Montagna a través de un video publicado en su cuenta de Instagram.
Los dos paracaidistas argentinos alcanzaron el récord junto con el norteamericano Tylor Flurry, quien es otro experto en saltos a gran altitud. “Récord Guinness 13.018 metros. Los tres aterrizamos ok”, posteó en una historia de su cuenta de Instagram Montagna, luego de batir el récord mundial de salto nocturno en caída libre.
La hazaña tuvo lugar esta madrugada en Estados Unidos, donde los tres paracaidistas despegaron desde el aeródromo WTS, cercano a Memphis, en el estado de Tennessee.
Antes de emprender la aventura, los paracaidistas y toda la tripulación tuvieron que permanecer 60 minutos sentados quietos en el avión respirando oxígeno puro a través de una manguera. “Es la única forma de eliminar el nitrógeno de la sangre y evitar embolias por síndrome de descompresión a gran altitud”, detalló Montagna.
El avión despegó pasadas las 3:20 de la madrugada (hora argentina) en medio de una noche cerrada y con poca luna, por lo que los paracaidistas tuvieron que disponer de un sistema de luces para poder encontrar la zona de aterrizaje.
Además de las luces estroboscópicas de rescate marino, el equipo de apoyo en tierra tuvo que disparar fuegos artificiales, para que los paracaidistas pudieran ubicar más fácilmente el lugar para descender.
“Fue muy zarpado. Tengo 4.500 saltos, pero esto supera todos los hechos hasta hoy. Fue muy intenso, el frío, la velocidad, la máscara de oxígeno, el tiempo de caída libre”, contó Montagna minutos después de aterrizar en declaraciones a Infobae.
El salto resultó exitoso, pero los paracaidistas tuvieron que enfrentar el desafío de resistir a que sus cuerpos sean absorbidos por la gravedad a una velocidad a 300 kilómetros por hora. También lograron superar el frío del aire en plena caída libre desde la estratósfera, donde la temperatura real de -60°C y la sensación térmica de -100°C.
El récord mundial anterior le pertenecía a Andy Stumpf, quien el 26 de enero de 2019 saltó desde una altitud de 10.973 metros.
Aunque todavía resta esperar la certificación final para oficializar la nueva marca, Montagna señaló que “el juez de la Federación internacional de aviación ya revisó los GPS sellados y nos homologó la altura de récord”.