“La Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de la clase alta y los ricos, la clase media alta”, dijo el mandatario.
El presidente de la Nación, Javier Milei, encabezó este sábado un acto en el rebautizado Palacio Libertad Centro Cultural Domingo Faustino Sarmiento, ex Centro Cultural Kirchner (CCK), con el fin de celebrar el cambio de nombre.
Durante su intervención, el jefe de Estado afirmó: “bienvenidos a uno de los primeros pasos para cambiar la historia. Historia que quisieron prostituir cambiando los nombres, ensuciando a los grandes héroes de esta patria. Es un placer estar aquí con todos ustedes inaugurando el Palacio de Libertad, Domingo Faustino Sarmiento”.
“Quizás para algunos sea solo un simple cambio de nombre, pero para nosotros es el inicio de una nueva etapa donde enaltecemos la figura de nuestros más grandes próceres y símbolos nacionales para dejar atrás el culto a los políticos que arrastraron al país a la decadencia y a la humillación”, agregó.
El mandatario además explicó que eligió esta fecha para inaugurar el centro cultural para conmemorar que este sábado se cumplen 156 años de la asunción de Domingo Faustino Sarmiento al Gobierno. “Su presidencia se encuadra dentro de las más importantes de nuestra historia, porque fue fundamental para la consolidación de nuestra nación”, indicó.
Tras hacer un breve repaso por las metas conseguidas por el prócer, el Presidente enumeró algunas de las problemáticas actuales que tiene el país en el ámbito educativo e hizo hincapié en los resultados que arrojaron las pruebas aprender de 2023.
Milei y el conflicto universitario
En este sentido, señaló que “se está poniendo mal el foco” en el debate sobre la educación, haciendo referencia al conflicto actual en torno al financiamiento de las universidades públicas. “La verdad incómoda de la educación argentina es que la Universidad Pública Nacional hoy no le sirve a nadie más que a los hijos de la clase alta y los ricos, la clase media alta”, arremetió.
“En un país donde la gran mayoría de los niños son pobres y no saben leer, escribir ni realizar una operación matemática básica, el mito de la universidad gratuita se convierte en un subsidio de los pobres hacia los ricos, cuyos hijos son los únicos que llegan a la universidad con los recursos, la cultura y el tiempo común para poder estudiar. La universidad ha dejado de ser una herramienta de movilidad social para convertirse en un obstáculo para la misma”, sostuvo.