Las personas que viven en una pequeña localidad de Burruyacu denuncian el estado crítico de los caminos rurales que los conecta con la ruta 317. Falta de mantenimiento.
La Virginia, una pequeña localidad en el departamento Burruyacu, enfrenta una situación crítica cada vez que las lluvias se intensifican. Los caminos rurales, que conectan al pueblo con la ruta 317 y otras localidades, se vuelven intransitables, dejando a sus habitantes completamente aislados.
Julieta Martín, comerciante y vecina de La Virginia, relató a LA GACETA el calvario que sufren los 45 habitantes de la zona. “Estamos a 3 kilómetros de la ruta 317, que une La Cañada con Gobernador Piedrabuena, pero los caminos están completamente colapsados. Hace años que no se arreglan. Antes los mantenían mi padre y mi hermano, pero ahora ya no están y nadie se hace cargo. Cada vez que llueve quedamos varados, no podemos ir a trabajar ni los chicos a la escuela”, afirmó.
Según Martín, la falta de mantenimiento de los caminos se ha agravado en los últimos años. A esto se suma el impacto de la zafra cañera, ya que los camiones que circulan por la zona deterioran aún más las vías. “El verano pasado fue terrorífico. He ido a la comuna de Piedrabuena seis veces, presenté una nota firmada por los vecinos, pero no obtuve respuesta. Hace dos días había cinco camiones zafreros enterrados en una de las entradas. Si ellos no pueden salir, imagínense nosotros con autos o camionetas”.
La situación no solo afecta la vida cotidiana de los vecinos, sino también el acceso a la educación. Los niños que asisten a la escuela Álvaro Sogar, ubicada sobre la ruta, han faltado a clases durante días. “Estamos tan cerca, pero no podemos salir. Llevamos años pidiendo aunque sea la reparación de un solo camino, de los cinco que tenemos. No pedimos todos, solo uno que nos permita movilizarnos”.
Martín también expresó su preocupación por la falta de respuesta de las autoridades: “He ido a Vialidad Provincial y han hecho informes, pero no pasa nada. Necesitamos una solución urgente porque alguien va a morir aquí, ya sea por falta de atención médica o por un accidente intentando salir”.
La Virginia está ubicada a poco más de una hora de San Miguel de Tucumán, pero la distancia se siente mucho mayor debido al estado de los caminos. La vecina concluyó con un llamado a la acción: “Los invito a que vengan a ver cómo estamos. No se puede entrar ni salir. Solo pedimos poder vivir con dignidad”.
Uno de los responsables de los caminos provinciales es el Ingeniero Pablo Sebastian Diaz, quien se encuentra al frente de la Direccion Provincial de Vialildad y la otra autoridad directa responsable es el Delegado Comunal Sergio Miguel Apestey
fuente:la gaceta