
Una colección de cuadros de la prestigiosa artista plástica Verónica Gómez que se
exhibía en la embajada argentina en China fue desmantelada y guardada en un
deposito por orden del vicecanciller Eduardo Bustamante.
Carente de sentido de política exterior la Cancillería argentina se maneja moviendo
su agenda detrás de los intereses personales de los hermanos Milei, de los Estados
Unidos y de los grupos financieros del Ministro Luis Caputo, y en ese pendular
desempeño desatan polémicas que nos ponen como Estado en el centro de los
escándalos internacionales, donde la prensa oficialista no puede acallar ni ocultar
los sucesos estruendosos.
En este caso nos referimos a la bochornosa jornada del viernes 16 del corriente en
la ciudad de Pekin donde el embajador argentino Marcelo Suarez Salvia,
funcionario de carrera y con fuerte vínculos con Mauricio Macri, seguía al pie de la
letra el pedido de la Casa Rosada Argentina de generar un contracumbre frente al
encuentro de la CELAC donde participaron todos los Estados y gobiernos de la
región, y para lograrlo Suarez Salvia organizó una muestra de arte a la cual fueron
invitados muchos representantes de los gobiernos sudamericanos que se
encontraban en China convocados por la CELAC.
El asunto fue que al llegar a la ciudad de Pekin el vicecanciller argentino Eduardo
Bustamante se enteró de quienes eran los artistas y cuales las obras de dicha
exposición, por lo que al conocer que la prestigiosa artista argentina Verónica
Gómez se encontraba allí con cuadros de la colección “Las vestiduras peligrosas”
que son presentadas por la pintora desde octubre de 2024 en galerías y
exposiciones con gran elogio de críticos y amantes del arte moderno, el estado de
ánimo del funcionario cambió ordenando encolerizado al embajador Suarez Salvia
desmantelar la muestra de inmediato, pues de lo contrario se retiraría del país sin
hacer la visita institucional a la embajada.
Ocurre que la artista Gómez es una intérprete de contextos, dan cuenta de ello las
colecciones “Estudio sobre la presencia alienígena en Victoria y sus alrededores”
(2007), “El reino del castor” (2009), “Las casas de las niñas inusuales” (2023), es
decir, la artista no puede permanecer ajena a las cosas que suceden, así desde el
2023 en el territorio argentino observa con atención el contexto político y se expresa
con una producción autentica, colmada de sensibilidad, donde traduce su
preocupación por el medio ambiente, por las desigualdades, por las falsedades, la
hipocresía en el ejercicio del poder, donde lo que vivimos es el resultado de un
entramado de hilos semejante a un espectáculo de títeres. Es decir, la reacción del
Vicecanciller argentino Eduardo Bustamante solo demuestra la falta de tolerancia
del gobierno anarcoliberal que representa el Presidente Milei, intolerancia que se
suma a la ignorancia en cuestiones de arte y cultura que tanto valoran los países
del primer mundo al que aspira llegar el círculo del gobierno argentino que no
titubea en seguir la agenda de intereses del imperio estadounidense o del británico
inclusive.
Una muestra de arte de trascendental valor histórico termina en un deposito por
decisión de funcionarios que pueden destacarse solo por la mediocridad de sus
gestiones.
Un recorrido por la muestra
“Las vestiduras peligrosas” es una muestra colorida, que utiliza recursos visuales
que impactan, que motivan a detenerse y mirar. Entre las obras se destacan: “El
niño que devoraba identidades”, “La niña angurrienta”, “La niña cruel”, “otro final
para Pinocho”, “El rey León” y “La sagrada Familia”.
En diferentes oportunidades la artista plástica Verónica ha explicado que ante
escenarios donde ocurren cosas raras no se puede seguir tan normal por lo que
nos interpela a través de figuras de fabulas con el presente, con una paleta de
colores de pasteles a fríos, y con una dinámica que se reconoce en la observación
desde diferentes puntos de perspectivas.
En esta colección nos encontramos con el retrato de un país, de la época presente,
donde algunos personajes como son el de “el niño que devoraba identidades” nos
propone un sujeto solo en una mesa llena de restos de esas integralidades
devastadas, descuartizadas, una reseña de crueldad, de la dimensión psicológica y
emocional, de lo insaciable del sistema vigente.
Luego, en “La sagrada familia” se retrata a los hermanos Milei y parte de su entorno
trazados como niños con rostros envejecidos (Pettovello, Gordo Dan y Bullrich)
donde el fondo del oscurantismo el espejo que grita desfigurado, y un detalle es la
cadena que sujeta la figura de Karina Milei con su mano y cruza por delante suyo,
mostrando el control de todo.
Al ser consultada sobre por qué trabajar en torno a lo político, Verónica Gómez
explica que es el resultado “de un gobierno que genera una estética y tiene un
discurso que es tremendamente provocador de imágenes”. Describe el cuadro “El
rey León”: ustedes verán “detrás del trono tres personajes. Hay un gato que es el
que más se ve, que es Macri. Hay un monje negro que a veces es Santiago Caputo,
otras, Sturzenegger. La cabellera rubia es Karina, el tocado que tiene es de cuando
visitaron al Papa y se vistieron de esa manera tan estrambótica, a lo Los locos
Adams. Hay un tercer ojo que pertenece a Karina, que funciona en triángulo con los
del rey, una mano que viene de atrás que le va a la entrepierna, mientras que las
piernas del Rey son flácidas, como las de un títere, y no llegan al piso. Porque
también hay un tema con la estatura. Los pies son los que conocimos gracias a
Fátima Florez y el perro alfombra es, obviamente, Conan”, dijo la artista. Pero el
cuadro también incluye animales muertos, un hornero y un ganso, reptiles como un
escuerzo y una víbora, un escorpión, cítricos en descomposición, sangre
derramada debajo del sillón real, donde también hay una alfombra con la cabeza de
un perro, Conan el mítico. Al lado del sillón el rey tiene una mesita con un juego de
ajedrez con pocas piezas, y un juguete cubico sentado allí, como símbolo de
finanzas, que alguien vigila. El ambiente es sombrío, y entre las cortinas se puede
observar una especie de alienígena. Este cuadro es una síntesis de los sucesos del
2024 en Argentina, quienes gobiernan, la estructura de ese poder, donde la mano
de la hermana controla hasta la intimidad del Rey, pero detrás de ella el poder real
no se deja ver, se oculta detrás de una vasta capa oscura, y que nos traslada a
siglos atrás de la humanidad donde el poder se ostentaba con ropas diferenciales
de acuerdo al caudal económico que le otorgaba un estatus social; además un tema
que demuestra su compromiso y sensibilidad es el daño ambiental, la muerte de
nuestra fauna, la apertura del libre mercado y su impacto sobre las economías
regionales devastadas por las importaciones reflejadas en los cítricos en el piso.
La caricaturización de los personajes de actualidad no les quita el carácter tiránico,
por ello las críticas desde el fanatismo, el odio o la obsecuencia hacia todo el
trabajo extraordinario de Verónica Gómez no hacen más que confirmar que el arte
es trinchera de resistencia, de liberación, de comunicación y de memoria, porque
estas obras seguirán dando cuenta por si mismas de esta época, de la tragedia
argentina, del festín de los delirios, serán en definitiva las obras un testimonio de
que el silencio se hizo voz pincelada tras pincelada mostrando la cara de la
crueldad, la perversión, el egoísmo, la mentira y la injusticia.
Autor: MIRIAN SUAREZ – Gestora Cultural