Irán organiza el campeonato más importante de ajedrez, pero la clasificada de nuestro país y otras 7 figuras de la actividad se niegan a participar. El cruce con la organización.
Lo esperaron durante años, pelearon para clasificarse, estaban a meses de la gloria y a último momento se bajaron. Fue una decisión drástica, que tomaron después de muchos intentos de llegar a un acuerdo con la organización. Y la competencia quedó desdibujada, como si al mundial de Rusia 2018 no viajaran Messi, Ronaldo y Neymar. ¿Qué pasó con el tan esperado mundial de ajedrez Irán 2017?
La campeona estadounidense Nazi Paikidze fue una de las primeras en alzar la voz: “Para mí, es inaceptable albergar un campeonato del mundo femenino en un lugar donde las mujeres carecen de derechos fundamentales”. Paikidze inició una campaña en Change.org para que la Federación cambie la sede, pero no tuvo éxito.
La china Hou Yifan, última campeona mundial en Ucrania, decidió abdicar y tampoco viajó. Lo mismo hizo la quíntuple campeona argentina Carolina Luján. Teherán fue la única ciudad que se postuló para el torneo que durará 25 días y repartirá 450.000 euros en premios. El único argumento de la Federación Internacional de ajedrez (FIDE) fue que no tuvieron más remedio porque no se presentaron ciudades alternativas.
“Estábamos obligadas a cumplir con las normas de vestimenta islámica como el uso del hiyab o velo en la sala de juego. Significa mucho, no es una simple prenda. Las salas tendrían que estar libres de imposiciones y respetar los valores del deporte olímpico”, explica a TN.com.ar Carolina Luján de 31 años. Ella escribió una carta a la Federación Internacional para consultar sobre el reglamento y la posibilidad de compartir espacios con su entrenador varón. Nunca respondieron y, según la norma iraní, una mujer no puede estar a solas con un hombre en privado a menos que sea su marido o un familiar cercano. “No nos dieron ninguna certeza y fuimos reemplazadas como si nada. Entrás a la web y está la lista original de clasificadas y la nueva lista sin referencia al por qué de nuestras renuncias”, afirma Carolina.
Las últimas olimpíadas de ajedrez fueron en la República de Azerbaiyán, estado con mayoría musulmana. Allí no hubo imposición en la vestimenta salvo para el ingreso a sitios religiosos. Carolina lo explica: “Jugué en más de 30 países, muchos con tradición musulmana y nunca la vestimenta llegó al tablero. No queremos boicotear el torneo ni que ellas se saquen la hiyab. Nos conocemos, vamos juntas después de los partidos a pasear. En las fotos yo estoy con short y las jugadoras iraníes con chador o velo y está todo bien. Cada una es libre de elegir”, cuenta Carolina.
fuente:TN