Un damnificado por la constructora César Grandi advirtió sobre los peligros que corren las personas que viven en edificios sin certificación final de obra.
La problemática de los edificios sin final de obra en Tucumán saltó a los medios locales justo un día después de que el Concejo Deliberante capitalino apruebe la expropiación de Casa Sucar. Parecen temas diferentes pero, en realidad, la situación de precariedad habitacional que hoy atraviesan cientos de tucumanos estafados por empresas constructoras constituye otra veta del “boom” de la construcción registrado en los últimos años en la Provincia y, más particularmente, en San Miguel de Tucumán.
En el afán de lucro, se demolieron inmuebles de valor patrimonial y se edificaron grandes moles de cemento que, cuando los vientos de la economía cambiaron de dirección, quedaron a medio terminar. La ambición superó por mucho las posibilidades operativas de esas empresas que “explotaron” con cientos de emprendimientos distribuidos, principalmente en barrio Norte y barrio Sur.
Los tiempos de entega de los departamentos comenzaron, poco a poco, a demorarse y aquellos que invirtieron sus pesos en edificios en pozos comenzaron a advertir que había sido una mala decisión, ya sea porque tenían que renovar contratos de alquiler cuando habían comprado una vivienda propia o porque habían vendido una propiedad para mudarse a otro lugar, entre otras miles de situaciones, tantas como la cantidad de departamentos ocupados.
Los retrasos en las entregas, en algunos casos de años, motivaron a los afectados a ocupar los departamentos, a sabiendas de que a los edificios les faltaba el certificado final de obra. Eso implica, ni más ni menos, que el inmueble no cuenta con todos los requisitos y papeles en regla para habitarse. Por eso, quienes ahora habitan esos departamentos cuentan con instalaciones precarias de electricidad -con medidor de obra-, gas -con garrafas-, y sin las debidas autorizaciones de Defensa Civil sobre medidas básicas de seguridad. En el caso puntual de Grandi, quienes ocuparon las unidades en estas condiciones presionados por los tiempos, firmaron un documento asumiendo la situación del edificio al cual se mudaban, pero con la expectativa de que la obra continuase.
Sin embargo, eso nunca sucedió. Según informaron los damnificados, la constructora de César Grandi dio por terminados los inmuebles que habían sido ocupados y deslindó responsabilidades en los propietarios, muchas veces asumiendo que las obras, desde ese momento en más, corrían por cuenta de los dueños de las unidades. El respaldo de la empresa son los documentos firmados de buena fe, por quienes ya habían sido damnificados por las demoras en las entregas de los departamentos.
En Facebook, un propietario damnificado escribió sobre los peligros a los que se enfrentan los vecinos de un edificio sin final de obra los días de calor, cuando las precarias instalaciones eléctricas de recalientan y, a cada rato, se registran cortes de luz. “Estoy seguro que en cualquier momento va a terminar incendiándose por las precarias instalaciones de luz que tenemos. Para que se den una idea cuando ésto pase seguro terminamos todos muertos ya que también se robó las mangueras contra incendio y los extintores”, escribió luego de sufrir cerca de diez cortes diarios.
El reclamo en las redes
Joaquín Nader fue quien, en un rapto de enojo, publicó en redes sociales su experiencia viviendo en un edificio de la constructora Grandi próximo al Parque 9 de Julio. Lo hizo luego de que las altas temperaturas registradas desde la semana pasada lo obliguen a pasar días de terror dentro del edificio, que sólo cuenta con un medidor de obra que se sobrecarga por la demanda.
“Mi abuela, compró el departamento de contado antes de que se construyera, y desde el principio todo fue problemas. Pero lo que no sabíamos es que era una bola de nieve y cada vez sería peor. En 3 años, nunca anduvieron en simultáneo los 2 ascensores que hay en el edificio, siempre uno está roto. La terraza, no está habilitada, ni hablar de la pileta que es un proyecto completamente abandonado por la constructora”, explicó en el posteo.
En la enumeración de incumplimientos agregó que “los estacionamientos están abandonados. Las escaleras, sin terminar y cada vez más deterioradas, haciendo que sea cuestión de tiempo que alguien tenga un accidente. Gas, ni hablar, no pueden hacer la instalación hasta que haya final de obra, pero qué chiste porque aquí viene la peor parte: la luz, se corta todos los días desde hace 1 año y medio, al menos 2 o 3 veces por día dado que el cableado del edificio no da abasto”
“El señor Cesar Grandi no sólo brilla por su ausencia para dar soluciones, sino que además cuando hartos, decidimos poner el dinero para finalizar las obras entre los propietarios, don Grandi envió a sus ‘empleados’ a robar (si, se robó) materiales que teníamos en el edificio por más de 100.000 pesos para llevarlos a otro de edificio los suyos”, denunció con evidente indignación.
El asunto se pone más grave cuando se hace refernecia a las cuestiones relativas a la seguridad: “Ya son más de 400.000 pesos los que vamos poniendo entre los propietarios para tratar de salir adelante en este edificio que estoy seguro que en cualquier momento va a terminar incendiándose por las precarias instalaciones de luz que tenemos. Para que se den una idea: cuando ésto pase seguro terminamos todos muertos, ya que también se robó las mangueras contra incendio y los extintores”, advirtió el damnificado.
“Les pido por favor a todos los que me conocen, y a los que no, que difundan ésto y expongan esta estafa multimillonaria de la que al parecer es muy dificil tomar represalias legales o conseguir que ésta constructora avance a terminar el edificio”, finalizó.
Lo más grave de todo es que habría cientos de danmificados por el sistema de pozos, dado que los edificios ni siquiera se habrían comenzado a construir, ejemplo serían dos inmuebles de calle Entre Ríos al 600.
fuente:ELTUCUMANO