Oficiales de control de animales de Japón cazan y sacrifican a los animales para que sus residentes regresen a sus hogares a finales de este mes.
Junto con la radiactividad, una inesperada amenaza aguarda a los japoneses que vuelven a las ciudades abandonadas en la zona de exclusión establecida tras el accidente en la central de Fukushima.
Después de que la planta nuclear de Fukushima (Japón) perdiera control de sus reactores por el sismo y el devastador tsunami de marzo de 2011, cientos de jabalíes, animales conocidos porque suelen atacar a la gente cuando están enfurecidos, han descendido de las colinas y bosques a las desiertas ciudades de la zona de exclusión en busca de alimentos. Además de ‘mudarse’ a estas localidades abandonadas, los animales se han multiplicado.
“No está muy claro ahora quién es el dueño de la ciudad, si las personas o los jabalíes”, comenta a Reuters Tamotsu Baba, alcalde de la ciudad japonesa de Namie, que ha sido parcialmente limpiada para que la gente regrese a casas a finales de mes. “Si no nos deshacemos de ellos y transformamos esto en una ciudad dirigida por humanos, la situación se volverá aún más salvaje e inhabitable”, advierte.
A finales de marzo Japón planea levantar las órdenes de evacuación para algunas zonas de Namie, ubicada a solo 4 kilómetros de la central nuclear siniestrada, así como para otras tres ciudades. Sin embargo, más de la mitad de los 21.500 antiguos residentes de Namie han decidido no regresar, preocupados por la radiación, la seguridad de las operaciones en la planta nuclear, actualmente desmantelada, y el riesgo añadido de los jabalíes.
Tanto en Namie como en Tomioka, donde se levantarán las órdenes de evacuación, oficiales de control de animales matan a los animales usando arroz como cebo para atraparlos. Desde abril de 2016, 300 jabalíes han sido atrapados en este tipo de operaciones que se llevan a cabo dos veces por semana.
fuente:RT