Ayer fue la audiencia especial de la CIDH; el abogado del detenido dijo “no lo admiten abiertamente, pero no acatarán la resolución”
CORDOBA.- No son buenas las expectativas que se abren para el cordobés condenado a muerte en Estados Unidos, Víctor Saldaño. Ayer en la audiencia convocada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la Organización de Estados Americanos (OEA), los abogados del Departamento de Estado no dieron señales de que se cumplirá la orden de conmutarle la pena y enviarlo a un psiquiátrico.
Saldaño lleva 21 años en el “corredor de la muerte” de Texas. En diciembre la CIDH planteó que las condiciones detención “crueles e infames” afectaron la salud mental del preso y enfatizó que se usaron preguntas “sobre la raza y origen nacional” para establecer su “peligrosidad futura”.
En ese marco recomendó a Estados Unidos -a nivel internacional sólo se puede litigar contra estados nacionales- que le conmutara la pena y lo sacara del “corredor de la muerte”. Ayer la CIDH quiso saber qué se hizo en ese sentido.
La vida de Saldaño, que espera la pena de muerte
“Estados Unidos insistió en su vieja defensa de que el sistema judicial tiene capacidad para corregir sus errores -dijo el abogado de Saldaño, Juan Carlos Vega, a LA NACION desde Washington-. No lo dicen abiertamente, pero no van a cumplir la sentencia de la Comisión”.
Mientras los tiempos corren, el gobierno de Texas puede ordenar la ejecución. El gobierno federal no podría interferir en tal decisión.
Vega confirmó a este diario que pedirá que se publique el informe de la CIDH -LA NACION accedió a la versión completa- la próxima semana con lo que estima que habrá un “impacto internacional” por la “solidez y dureza del texto, tanto en lo jurídico como en lo político”.
El hecho
El 25 de noviembre de 1995 Saldaño y su amigo mexicano Jorge Chávez fueron vistos por testigos cuando entraron a un negocio de computadoras en las afueras de Dallas y salieron apuntando a su dueño, Paul Ray King, de 46 años.
Lo llevaron a un bosque cercano y al rato salieron solos; unas horas más tarde se lo encontró a King muerto de cinco disparos. Saldaño tenía el reloj de King en la muñeca y el arma en el bolsillo. El botín fue de unos 50 dólares.
La primera condena a muerte fue anulada por la Suprema Corte Federal porque usaba la raza como argumento. Fue condenado una segunda vez. Lleva 21 años en el corredor de la muerte. El habeas corpus que impedía su ejecución venció el año pasado.
FUENTE: LA NACIONS