Las conclusiones fueron publicadas por un estudio italiano en el Nature Communications.
Los resultados demuestran, también, que la depresión sería una “espía” del Alzheimer y no viceversa.
La investigación, coordinada por Marcello D’Amelio, profesor asociado de Fisiologia Humana y Neurofisiología de la Universidad Campus Bio-Medico de Roma, lanza una nueva luz sobre esta patología.
Hasta ahora se considerada que el mal era debido a una degeneración de las células del hipocampo, área cerebral de la cual dependen los mecanismos de la memoria.
La nueva investigación, conducida en colaboración con la Fundación IRCCS Santa Lucía (instituto de internación y cura de carácter científico) y del CNR de Roma (Consejo Nacional de Investigaciones), apunta, en cambio, a poner la atención sobre el área tegmental ventral, donde es producida la dopamina, neurotransmisor vinculado con los cambios de humor.
Como en un efecto dominó, la muerte de neuronas encargadas de la producción de dopamina provoca un freno a la llegada de esta sustancia al hipocampo, lo que causa el “tilt” que genera la pérdida de recuerdos.
La hipótesis fue confirmada en laboratorio, ya que se suministraron en modelos animales dos diversas terapias dirigidas a restaurar los niveles de dopamina.
Se observó que, de esta manera, se recuperan los recuerdos y también la motivación. “El área tegmental ventral -aclaró D’Amelio- lanza dopamina también en el área que controla la gratificación.
Por lo cual, con la degeneración de las neuronas dopaminérgicas, aumenta también el riesgo de pérdida de iniciativa”. Esto explica por qué el Alzheimer está acompañado por una evidente caída en el interés de la actividad hasta la depresión.
Sin embargo, subrayan los investigadores, los cambios de humor asociados al Alzheimer no parecen consecuencia de su aparición, sino una “campana de alarma” sobre el inicio de la enfermedad.
“Pérdida de memoria y depresión -concluye D’Amelio- son dos caras de la misma moneda”. En el mundo, según el World Alzheimer Report 2016 de la Federación Internacional Alzheimer’s Disease International (Adi), más de 47 millones de personas sufren de demencia, un número que está destinado a subir, a causa del envejecimiento de la población, a 13 millones en el 2050.