“Rafa” tiene dos meses y está en el Hospital Alejandro Posadas por una cardiopatía congénita. “No podemos trabajar y necesitamos del apoyo de la gente”.
“Estamos lejos, solos y sin fecha de vuelta. Todos los días gira en nuestra cabeza que Rafa puede salir o no salir. La situación se empeora con las falencias económicas que tenemos que pasar, porque el Estado no nos colabora. Cualquier ayuda para nosotros es enorme”, expresa Abel Osores, padre de “Rafa”. Este miércoles, el papá estará en Muñecas y Mendoza de 17.30 a 19.30 para recibir donaciones.
Alejandro Rafael Osores tiene dos meses y nació en Tucumán con una cardiopatía congénita. Por este motivo, se encuentra internado en el Hospital Alejandro Posadas, en El Palomar, provincia de Buenos Aires. Lo acompañan todos los días sus padres y su hermano de dos años. Abel pide ayuda para poder comprar pañales, leche y comida para el nene mayor.
“Todo sirve, cualquier monto que pueda donarse para nosotros es gigante”, asegura. Las donaciones pueden entregarse a Vanessa Moreno y Jessica Villavicencio en Tucumán; o directamente a Abel en Buenos Aires. Los tres pueden contactarse vía Facebook, haciendo click en sus nombres.
“Aquí hay una Casa de Tucumán. Habíamos empezado el trámite para un subsidio de $1500 que te otorgan para gastos varios; pero aún no tenemos respuesta. La casa nos provee de comida pero requerimos de la ayuda sobre todo para nuestro nene de dos años, que necesita pañales, leche y otro tipo de alimentación. Ni yo ni mi señora podemos trabajar porque, mientras uno cuida a Rafa, otro tiene que quedarse con su hermanito”, explicó Abel.
Desde el 19 de marzo, la familia se encuentra apostada en El Palomar. El 21 de marzo operaron a Rafa. Luego de una intervención quirúrgica larga y compleja de la que el bebé salió grave, pudieron estabilizarlo pero no recupera aún su actividad pulmonar. “Está con respirador porque no aguanta respirar solito: después de 10 minutos se agita. Le van haciendo practicar de a poquito, pero su estado sigue siendo grave. Hasta el momento no presenta mejorías, incluso con el respirador se le complica”, lamenta Abel.
Antes de la forzada mudanza y la situación difícil, Osores acababa de ingresar a trabajar como mozo en un bar. Recién iba un mes cuando tuvieron que irse de imprevisto a vivir a Buenos Aires. De su familia, no hay nadie que pueda ayudarlos: su señora tiene solo a su abuelo, que es jubilado y cobra la mínima; mientras que del lado de Abel, su madre y padre bancan a duras penas al hermano mayor de Rafa, de cuatro años, que no viajó con sus papás porque tenía que comenzar el jardín.
fuente: ELTUCUMANO