La municipalidad de San Miguel de Tucumán sorprendió el pasado martes al salir a las calles con topadoras para aplastar los puestos de venta callejera ubicados sobre la vereda de avenida Saenz Peña.

La controvertida medida generó críticas desde el gobierno provincial, desde donde reclamaron más diálogo, pero también motivaron la justificación y explicación del intendenteGermán Alfaro.

“Fue una decisión personal y consciente de lo que estaba llevando a cabo”, comentó el mandamás de la ciudad en diálogo con el programa “Los Primeros”. En este sentido, agregó que “detrás de una cuestión social se están escondiendo delincuentes, hechos delictivos. He caminado la zona, he conversado con los vecinos del lugar, y nos cuentan que en ese lugar podría ejercerse la prostitución, podría venderse droga, podrían esconderse elementos que se roban, hasta motos. Hemos encontrado letrinas, inodoros, no hay agua, pero hay pozo ciego sobre la misma vereda, y no puedo permanecer totalmente indiferente ante esta situación”.

Por eso, explicó que “hicimos un relevamiento de lo que significa la calle San Lorenzo hacia Las Piedras, y nos dimos con el 90% de los locales están cerrados. Los vecinos nos dijeron que estaban cerrados de día pero que abrían de noche, y en esos locales encontramos camas y elementos que no tiene nada que ver con la comercialización que se realiza en el lugar”.

Sin escapar de la polémica, agregó que “también es la vía pública, quien coloca un ladrillo en la vereda el sentido común te está diciendo que no corresponde. No se puede tener en la vereda una gomería, una carnicería, una verdulería, no puedo tener un bar”.

A modo de cierre, apuntó que “esto va más allá de lo que significan los vendedores ambulantes, es algo que me dicen los propios vecinos, con miedo, los profesores de la escuela que está a la par, los chicos, me dicen que tienen miedo porque los chicos se están intoxicando”.

fuente: ELTUCUMANO