Un matrimonio tucumano vivió una pesadilla ayer por la tarde en el aeropuerto de Las Termas del Río Hondo, en Santiago del Estero, donde habían arribado a las 15.30 desde Buenos Aires, con destino a nuestra provincia. El problema se generó porque uno de los miembros de la pareja necesitaba una silla de ruedas.
El aeropuerto Benjamín Matienzo cerró las operaciones durante tres meses por reformas, de manera que los vuelos desde y hacia Tucumán se llevan a cabo a través del aeropuerto de Las Termas.
R.M. y su esposa, M.C., llegaron a la central aeroportuaria con un drama médico, ya que el hombre había sufrido un accidente cardiovascular (ACV) en Buenos Aires, y tenía la mitad del cuerpo paralizado.
R.M. no tuvo inconvenientes para bajar del avión, con una silla de ruedas más estrecha que las habituales que le proveyó Aerolíneas Argentinas, hasta fuera de la aeronave, y luego en otra silla, también suministrada por la compañía aérea, hasta la puerta de salida del aeropuerto. A partir de esa instancia, comenzaron los problemas, ya que no había medios para que el hombre sea trasladado al ómnibus de larga distancia, de la empresa Vía Tac, que debía transportarlos de manera gratuita hasta Tucumán.
“Para que nos den la segunda silla de ruedas, tras bajar del avión, tuvimos que esperar bastante, porque había seis personas discapacitadas que habían arribado en el mismo vuelo. Pero, por norma, esa silla de ruedas sólo podía llegar hasta la puerta del aeropuerto, y no había manera de que mi esposo fuera transportado los metros que van desde la vereda hasta el ómnibus”, dijo M.C. a LA GACETA.
Para colmo, aún si conseguían la silla que necesitaban, el ómnibus que los debía traer a Tucumán no contaba con una rampa para dispacacitados. “Hicimos todas las gestiones posibles, pero no hubo caso. Tuvimos que abordar un remisse que nos cobró $ 1.200 hasta Tucumán”, reseñó M.C.
La mujer planteó que el aeropuerto de Las Termas y otros del país sean acondicionados para recibir a personas discapacitadas, con vehículos especiales para transportarlos. “Hablamos de que si no teníamos encima los $ 1.200 no sé qué habríamos hecho, porque nadie se hacía cargo del problema de mi esposo”, añadió.
La postura oficial
Fabián Tobar, jefe del aeropuerto de Las Termas, aclaró a LA GACETA que esa central aeroportuaria y las del resto del país cuentan con sillas de ruedas para atender a discapacitados. “Son pocas, pero sí hay. El tema es que a veces hay mucha demanda y hay que esperar, y algunos no están dispuestos a hacerlo”, remarcó.
Recordó, además, que Aeropuertos Argentina 2000 cuenta con libros de quejas, donde los pasajeros disconformes pueden asentar sus reclamos.
“Ellos tendrían que haber avisado en Buenos Aires que venían con una situación especial, para que nosotros pudiéramos organizarnos. En estos casos, lo mejor es saber con anticipación y no sobre la hora”, destacó Tobar. Y agregó: “otra cosa es que ningún ómnibus de larga distancia en la Argentina cuenta con rampa para discapacitados. Ellos tendrían que haber contratado una ambulancia para que los lleve a Tucumán, si el caso médico era muy grave”.