
Desmantelar una organización dedicada al narcotráfico es como desarmar un ovillo de lana. Los investigadores toman una punta y de a poco van tirando de ella. Desconocen qué hay en el medio y menos con lo que pueden encontrarse al final. Por ese motivo cada dato es analizado. Y el fruto de ese trabajo está saliendo a la luz, ya que se encontraron indicios de que el empresario chaqueño que está acusado de ser el testaferro de la banda a la que se le secuestró dos toneladas de cocaína habría tenido vínculos con pares tucumanos.
“Bobinas Blancas de Acero” fue el nombre del operativo que realizó Drogas Peligrosas de la Policía Federal hace una semana en cinco provincias (Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Chaco y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires). Los resultados lo transformaron en uno de los procedimientos más importantes de los últimos 20 años.
En el parque industrial de Bahía Blanca encontraron más de 1.500 kilos de “merca” ocultos en bobinas de acero. En una finca de Mendoza secuestraron otros 500 kilos de la misma sustancia ocultos en bolsas de piedras preciosas. Paralelamente, en el puerto canadiense de Montreal, las fuerzas de ese país decomisaron otros 372 kilos de la sustancia ocultas en los mismos rollos de metal encontrados en nuestro país.
El éxito de este procedimiento no sólo fue por la cantidad de droga secuestrada, sino por la organización desarticulada. Detrás de ese embarque estaba el cártel mexicano de Michoacán que se había asociado con empresarios argentinos para enviar cocaína a Canadá y a España. Todos los compatriotas detenidos -fueron más de 10- son figuras conocidas en el mundo de los negocios de sus tierras de origen. Por ejemplo, Damián Limansky, detenido en Bahia Blanca, era despachante de aduana y presidente de la Cámara de Comercio Exterior de esa localidad.
fuente: la gaceta