Después de haberse pasado la mañana amenazando a Corea del Norte, Donald Trump reorientó sus prioridades a primera hora de la noche de Estados Unidos y declaró que “no descarto una acción militar el Venezuela”.
El presidente de Estados Unidos hizo esas declaraciones desde su club de campo en New Jersey, donde está de vacaciones. “Por cierto, no descarto una acción militar en Venezuela. Es nuestro vecino. Estamos en todo el mundo, tenemos tropas en todo el mundo, en sitios que están muy lejos. Venezuela no está lejos. Y la gente está sufriendo, y está muriendo. Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluyendo la opción militar, si es necesario”, afirmó Trump, flanqueado por el secretario de Estado, Rex Tillerson, y la embajadora de EEUU en Naciones Unidas, Nikki Haley. Las declaraciones de Donald Trump combinan todos los elementos de su retórica: son directas, fáciles de entender, y tienen la ambigüedad necesaria para que cada uno interprete lo que quiera. Se produjeron, además, en una intervención en la que el jefe de Estado y de Gobierno estadounidense había vuelto a advertir a Corea del Norte de que no lleve ningún ataque contra la isla de Guam, de soberanía estadounidense, en el Océano Pacífico. Son, también, una ruptura drástica con la política de aislacionismo y de no intervencionismo de la que Trump hizo bandera durante la campaña electoral, y marcan un destacable hito en la política exterior del presidente: amenazar don acciones militares a dos países en continentes diferentes en el mismo día. Al finalizar la jornada, Trump, que todavía tiene más de 10 días de vacaciones por delante, no había amenazado con invadir a nadie más.
fuente: EL MUNDO