Se registró en el Instituto de San Martín, de Rosario. Mateo, de 18 años, aseguró que desde el colegio le dijeron que su cabello estaba muy corto a los costados. El establecimiento fue sancionado.
Los padres de un joven de 18 años denunciaron que las autoridades del colegio al que concurría, en la ciudad de Rosario, le impidieron participar en su acto de graduación y de su diploma porque consideraron que su corte de pelo no era el adecuado, ya que su cabello estaba demasiado corto a los costados.
El incidente, que trascendió en los últimos días, pero se produjo el pasado 2 de diciembre en el Instituto de San Martín, situado en Salta al 1.400, finalizó cuando el joven, llamado Mateo, tuvo que retirarse sin su diploma de secundario.
Según denunció la familia, Mateo, que se encontraba solo porque su padre estaba en camino para el acto de graduación, se retiró llorando y llamó a su familia para pedir perdón porque no podía llevar su diploma.
Antes, había intentado convencer al vicerrector del establecimiento, a quien le dijo que como a la noche tenía el cumpleaños de 15 de su hermana no había tenido tiempo de ir a la peluquería.
“Se había pasado todo el día ayudando con los preparativos para el festejo y luego se fue solo, más temprano, para participar del acto”, explicó Gisela, la madre del joven.
El propio Mateo contó la encrucijada en la que lo colocó el vicerrector.
“Me dijo si para mí era más importante el cumpleaños o estar presentable para la colación, y le respondí que mi hermana.
Entonces me dijo ‘andate, así no subís al escenario’. Fue un momento feo”, contó el muchacho.
Los familiares del joven indicaron que otros compañeros también recibieron reprimendas por los cortes de cabello, pero pudieron participar de la ceremonia luego de ser apercibido.
La conclusión es que Mateo fue frustrado en su intención de recibir el diploma de secundario porque concurrió solo al acto y su padre llegaba unos minutos más tarde.
Los padres de Mateo acudieron al colegio y se entrevistaron con el rector del colegio, Teodoro Amici, quien para ellos tuvo una “actitud altanera y soberbia”.
“Dijo que no estaba arrepentido de nada. Que el reglamento era claro y prohíbe los cortes extravagantes, un término muy amplio que puede significar lo que a ellos se les ocurra”, sostuvieron.
Mateo no recibió el diploma simbólico y la medalla que había recibido de sus compañeros, y sólo le proporcionaron el certificado analítico.
Según Gisela, cuando se retiraban de la escuela recibieron el apoyo de parte del plantel del colegio.
“Todos le tienen miedo al rector. Nosotros estamos conformes con la escuela, los profesores, los preceptores. De hecho no pensamos sacar a nuestra hija de la institución para no perjudicarla. Pero la actitud de este hombre es inaudita, muy antigua. No entendemos qué quiso hacer”, analizó Norberto, el padre del chico.
Los padres de Mateo se presentaron en la Defensoría del Pueblo y luego en la delegación local del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) para asentar una denuncia por discriminación.
“Nosotros nunca fuimos padres problemáticos. Mi hijo no tuvo nunca ni siquiera una amonestación. Con esto lo marcaron de por vida”, concluyó Gisela.