“Hay personas enfermas, eh”, escribió el 20 de noviembre. “Que alivio sacarse algo tan pesado de encima”, publicó 9 días después. “Qué enferma esta mina, por Dios”, lanzó el 10 de diciembre. “Hay que estar mal de la cabeza, si no no se entiende”, continuó a los dos días. “Está loca enferma de la cabeza mal, nunca me va a dejar tranquilo”, agregó en plena Navidad. Fernando Pastorizzo compartía con sus seguidores estos mensajes en Twitter, donde tenía una cuenta protegida, que sólo podían leer sus amigos. Clarín pudo acceder a esos llamados de alerta, que sugieren que llevaba una relación violenta con Nahir Galarza, la chica de 19 años que con dos disparos terminó con su vida el último viernes en Gualeguaychú.
Fue en esos días días que hubo un episodio de violencia explícita entre ambos en la puerta de un boliche de esa ciudad, en plena Nochebuena.
Ayer, martes 2 de enero, Fernando hubiera cumplido 21 años. “No le gustaba festejar. De hecho, el último cumple pasó todo el día en mi casa jugando a la play y tomando mates. Pero este año íbamos a juntarnos, porque él quiso”, contó uno de sus mejores amigos, que quiso contar cosas sobre Fernando pero pidió resguardar su identidad.
Le decían Perry. Como la mayoría de los apodos, este también tiene su historia. Fernando era bajito. La mamá tiene un scooter y cuando su hijo era más chico la usaba y parecía “Perry el ornitorrinco”. Y le quedo así.
Era un chico muy conocido en Gualeguaychú, lleno de amigos. “Siempre estaba contento y siempre se sentía bien. Nunca fue una persona violenta, ni de carácter fuerte, era más que nada tranquilo, pero no reservado como todo el mundo dice, ni tímido“, agrega el amigo.
Pastorizzo vivía con su mamá. Era fanático de Boca y las últimas veces que salió campeón fue a festejar en grupo. Quería estudiar Administración de Empresas. Había hecho la inscripción en la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER) y, junto a dos amigos, iba a mudarse a Paraná a principios de febrero para comenzar su carrera.
“La verdad cuando me enteré quedé helado”, dice a Clarín Luciano Pastorizzo, primo de Fernando que vive en la ciudad entrerriana de Basavilbaso. “Lo único que deseo es que se haga justicia. No puede ser que pasen estas cosas. Ahora me tocó vivirlo de más cerca y no se puede creer cómo una persona puede matar de esa forma. Vivo en un pueblo chico donde no se ven casos así, y la verdad esto me dolió mucho. Era un pibe con un futuro lindo y lleno de vida”, agregó el primo.
A pesar de los reiterados intentos por generar un contacto, desde el entorno cercano se negaron a dar declaraciones. “Les agradecemos pero no daremos notas. Sepan respetar nuestro dolor”, respondió a Clarín el padre de la víctima, Gustavo Pastorizzo. “Resguardamos nuestro luto no haciendo ningún tipo de declaración”, agregó el tío, Néstor Pastorizzo, y precisó que no hay ninguna otra marcha ni manifestación programada, luego del multitudinario encuentro del lunes, en el que alrededor de mil vecinos marcharon rumbo a los Tribunales locales.
“Estoy tocada por el suceso, porque realmente es una injusticia y da impotencia escuchar lo que la defensa de Nahir declara. Yo voy a la facultad donde ella estudiaba, y según sus compañeros y un profesor con el que me comuniqué, ella se comportaba de forma extraña. No hablaba con nadie más que con una sola compañera”, cuenta una conocida de Fernando.
Según contó ayer este diario, desde la defensa de la chica sostuvieron ayer que Nahir y Fernando tenían una “relación enfermiza”. La chica fue trasladada el martes desde el Hospital Centenario a la Comisaría del Menor, la Mujer y la Familia, donde quedó detenida con prisión preventiva, al menos por 60 días.
En redes sociales, el círculo cercano de la víctima asegura que Nahir lo amenazaba y agredía físicamente. De hecho, uno de los lemas de la causa fue “Ni uno menos”, en referencia a la violencia de género, pero en este caso a la inversa. También proliferan los hashtags #JusticiaPorFernando y #NoTeDuermasGualeguaychú. Porque la ciudad está atenta. Y hoy más consternada que nunca, en el cumpleaños número 21 de Fernando.
FUENTE: CONTEXTO